El sector de hidrocarburos se encuentra en una encrucijada e incertidumbre, debido a la falta de datos sobre las reservas y la inseguridad de nuevos hallazgos, mientras los indicadores económicos están en rojo y para el próximo la situación puede empeorar.
El crecimiento económico al primer trimestre de 2024 alcanzó sólo a 1,31%, menor al registrado en similar período de 2023 de 2,39% y en 2022 de 4,76%, y sólo superior al 2021 que fue de -0,61%.
En 2019 el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), en el primer trimestre alcanzó 3,09% y al término de la gestión registró 2,2%, pero un año después, 2020, año de la pandemia, sólo alcanzó a 0,2 y concluyó la gestión con una recesión económica de más de -8%.
Las cifras negativas que se vienen registrando desde hace años atrás, obedece a la mala gestión de gobierno, especialmente por el gasto excesivo y la caída de la producción de gas natural, además de la reducción de los ingresos por la venta del energético debido a la falta de exploración.
Hace unas semanas, el presidente Luis Arce confirmó lo que muchos economistas venían indicando sobre la pérdida de recursos por el gas debido a la caída de la producción, que incide en la provisión de dólares al mercado nacional.
En julio de 2021, YPFB anunció el lanzamiento del Plan de Reactivación del Upstream (PRU), con el objetivo de realizar inversiones en la exploración y explotación de gas y petróleo en el país.
Según informó en esa ocasión la estatal petrolera, el PRU contempla 30 oportunidades exploratorias locales, de las cuales 26 son de gas y cuatro de petróleo, además de oportunidades exploratorias regionales, de acuerdo con la información de la estatal petrolera publicada en su página web, de ese año.
Con referencia a la inversión, informa que la exploración y explotación del PRU 2021-2025, asciende a 1.410,8 millones de dólares, de los cuales el 66% de la inversión de riesgo está a cargo de YPFB, el 19% por parte de las operadoras y un 15% corresponde a las subsidiarias.
Pasaron tres años del anunció y los resultados son poco alentadores, a pesar de los anuncios que realiza la estatal petrolera, pues se refleja en la importación de mayor combustible para el mercado interno.
Como dato, el analista del sector energético de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, informó que en 2015 la producción de líquidos alcanzaba a 60.000 barriles de petróleo y a septiembre de la presente gestión el volumen bajó a 25.000.
Para la exautoridad del Ministerio de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, desde hace 13 años se escucha anuncios de 30 proyectos exploratorios. Lamentó que las autoridades del sector vayan cambiando el número de proyectos, unas veces 20, otras 50 y luego vuelven a 14 o 30.
“Más es mediático”, afirmó y señaló que personalmente conoce un proyecto, el pozo Charaguas; el resto son enunciados.
En la rendición de cuentas de las autoridades del sector de hidrocarburos, en 2022 fijaron como el año de la exploración con 49 proyectos: 28 proyectos de exploración, 13 exploratorios aprobados el 2022 y 8 pozos descubridores del nuevo reservorio.
En febrero de la presente gestión, se informó que se reactivó la exploración con 42 pozos y en 2023, 20 pozos fueron ejecutados.
En las Rendiciones de Cuentas del sector Hidrocarburos, la exautoridad Franklin Molina, alentaba una nueva norma para reactivar el sector, pero desde la estatal se inclinaban por una nueva ley de incentivos.
Mientras tanto, el dato oficial que presentó YPFB sobre la producción de gas natural muestra una declinación del mismo, de alcanzar 60 millones de metros cúbicos día (MMmcd) en 2013 a sólo 31,90 MMmcd hasta finales de la presente gestión.
Analistas económicos y de hidrocarburos, coinciden por separado, que mientras el país no realice cambios para brindar seguridad jurídica a las inversiones, la situación del sector no cambiará y más bien puede empeorar.
Ya consultoras internacionales, hasta la exautoridad Álvaro Ríos, indicó que si no se descubren nuevas reservas, el país va importar gas a partir del 2030 o incluso más antes.
El peso de la nacionalización de los hidrocarburos cayó en la caída de reservas y producción. A pesar de que hay una normativa para que YPFB presente cada año las reservas con las que cuenta el país, a la fecha no se hizo público dos estudios internacionales y desde el Parlamento indican que los volvieron secreto de Estado.
Sin embargo, ya en una ocasión la exautoridad, Molina, dijo que cayeron las reservas por debajo los 7 TCF.
Para Velázquez el problema radica en la subvención y en el precio fijado por el Gobierno de hace unos años atrás, al barril de petróleo de 27 dólares, cuyo valor no es incentivo para atraer inversiones.
Datos en rojo
Por otra parte, el reciente informe sobre perspectivas económicas globales del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó un crecimiento para Bolivia de 1,6%, casi cerca a lo que proyectó el Banco Mundial de 1,4%.
Para el próximo año hay diferencias, mientras que para el Banco Mundial el crecimiento no pasará de 1,5%, el FMI es más bondadoso al señalar que llegará a 2,2% y la Comisión Económica para América Latina (Cepal) estima 1,5%. El Gobierno todavía no publicó las estimaciones que tiene para el 2025, de acuerdo al analista económico Gonzalo Chávez.
Como se verá las cifras están lejos de las proyecciones gubernamentales de 3,71% para la presente gestión, el clima de conflictividad por temas personales y políticos, al parecer confirmarán los datos de los organismos internacionales.
El economista señala que el FMI estima una inflación hasta fin de año de alrededor de 6%, mientras otros organismos comentan que estaría entre 7% u 8%. El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, proyecta hasta un 9%. Para el 2025, el FMI baja la estimación a 4%.
Como es de conocimiento, el sector externo de Bolivia no tiende a mejorar, sino todo lo contrario, así lo mira el organismo internacional.
Hay una balanza de cuenta corriente negativa, con una pérdida de 2.600 millones de dólares en 2024 y para el 2025 la cifra sube a 2.800 millones de dólares, señala Chávez en base al informe del FMI y añade que el organismo anuncia mayor escasez de dólares.
Si bien el déficit público fue cercano al 12%, aunque el Gobierno indicó que fue menos de 11%, el Fondo Monetario Internacional estima que para la presente gestión está llegará a 10% y se repetiría la cifra en 2025.
Con referencia a la deuda pública, interna y externa, esta representa el 93% respecto al Producto Interno Bruto, lo que significa que la primera estaría en el orden del 40% y la segunda en 30%, más el 20% de las obligaciones que tienen las empresas públicas con el Banco Central de Bolivia (BCB) o el Tesoro de la Nación, detalló Chávez.
Indicó que todos esos indicadores muestran a la economía nacional con serias dificultades y que posiblemente se estaría encaminando a una estanflación, es decir una alta inflación y una desaceleración, que posible ingrese a una zona de recesión.
Pero advierte que la economía no se podrá reactivar, implementando políticas, si es que continúa el gran problema político. “Ninguna política económica funcionaría si no hay un mínimo de equilibrio político”, apuntó.
