Parte III
Con la justicia y el poder político copados, el gobierno de Evo Morales se ocupó de des-institucionalizar al país y de convertir a la administración pública en un aparato de corrupción. Anuló los instrumentos que se tenía para controlar y fiscalizar la administración de los recursos del Estado, como la Ley SAFCO, el Sistema de Administración de Bienes y Servicios, el Sistema Nacional de Inversión Pública y a la institución encargada de hacer cumplir las normas de ellos, que es la Contraloría. De esta manera, los proyectos de inversión pública y los gastos del gobierno se hicieron según la voluntad y el deseo del presidente y los administradores públicos.
Con la guerra del gas se instituyen en el país el bloqueo y la pérdida del principio de autoridad. Los bloqueos en las carreteras y las marchas a y en la ciudad de La Paz, son los instrumentos para lograr la atención a requerimientos particulares de los sectores. El gobierno dejó de ejercer el deber que tiene de mantener la libre circulación por el territorio nacional, tanto en las calles como en las carreteras. Rige la ley del más fuerte o de los sectores que tienen más fuerza de presión como los mineros, que han conseguido apoderarse de empresas mineras, pagar impuestos reducidos y obtener leyes que favorezcan a su sector. Los bloqueos en las carreteras han ocasionado grandes pérdidas a la economía, sobre todo en lo que se refiere a las exportaciones. Este es un mal que se tiene que erradicar si se quiere que la economía pueda desarrollarse. Otros males que afectan a la vida social y económica del país son el narcotráfico, el contrabando, la toma de propiedades agrícolas en Santa Cruz y los incendios.
Santa Cruz de la Sierra se ha convertido en la ciudad más grande y poblada de Bolivia y en el motor económico del país. La metrópoli de La Paz, compuesta por las ciudades de La Paz y El Alto, es la segunda conurbación con más habitantes del país, su economía depende de los bienes y servicios que se producen en las dos ciudades, no tiene la agricultura y agroindustria que tiene Santa Cruz. Los insumos para su industria vienen de lejos, entonces su desempeño económico depende de las condiciones que se tengan en las dos ciudades, para favorecer el desarrollo de las empresas productoras de bienes y servicios. Pero en las dos ciudades, el ambiente para favorecer el desarrollo de sus economías se ha deteriorado considerablemente, por las movilizaciones que se producen continuamente y por el poder que han adquirido los sindicatos y los gremios, que no dejan que se ejecuten políticas que estimulen el desarrollo económico.
De hecho, varias empresas, sobre todo de El Alto, se han ido a Santa Cruz, donde pueden realizar sus actividades con mayor seguridad. Muchos paceños y alteños han emigrado a esa ciudad, donde tienen mayores posibilidades de conseguir empleos. Sobre todo, en la ciudad de El Alto predomina la economía del empleo informal. La ciudad de La Paz tenía una floreciente industria del turismo, que se ha visto notablemente disminuida por las condiciones desfavorables para su desempeño.
A los 21 años de la guerra del gas, tenemos un país en profunda crisis política y económica. En el ámbito político se tiene un gobierno autoritario, cuyo mandatario no quiere dejar la presidencia, pese a que no tiene la capacidad de resolver la crisis y su permanencia en el gobierno significará que ésta se profundice. Aún tiene que deshacerse de su mentor Evo Morales, que tiene todavía la pretensión de volver al poder político de la nación. El presidente Luis Arce ya no controla a la Asamblea Legislativa, tiene enfrentada a la oposición y a los asambleístas de su rival Evo Morales, por lo que tiene un bajo nivel de gobernabilidad. Tiene controlada a la Justicia, que se encuentra prácticamente deshecha. Para solucionar la crisis económica se necesitará recomponerla. Luis Arce no tiene la altura de estadista que tuvo Hernán Siles Zuazo al dejar la presidencia, para que un gobierno competente resuelva la crisis económica.
Bolivia se encuentra en una profunda crisis económica expresada en un grave déficit fiscal, que se arrastra desde el año 2014, un bajo nivel de reservas internacionales que ocasiona la escasez de dólares, una fuerte subvención a los combustibles que el gobierno le cuesta financiar, lo que ocasiona la escasez de éstos en el mercado y una enorme deuda externa que el gobierno tiene que cumplir, con las amortizaciones y pago de intereses. También el gobierno se verá próximamente en dificultades para cumplir con el pago de la parte que le corresponde en las pensiones de los jubilados, de la renta dignidad y de bonos que ha creado.
A los 21 años de la guerra del gas, tenemos el resultado, en el que Bolivia ha perdido y la victoria ha sido de Evo Morales y el partido del MAS.
Oscar Espinosa García es ingeniero civil.
Blog: HISTORIA, TRANSPORTES Y DESARROLLO