Sin duda, el brutal bloqueo de caminos “indefinido”, ordenado por el caudillo cocalero Evo Morales Ayma, ha causado numerosos problemas, acabando con la tolerancia de la mayoría de la población. Cada vez más sectores sociales piden al gobierno de turno que haga cumplir lo que determinan las leyes para garantizar particularmente los derechos al trabajo y a la libre circulación.
La ira de millones de bolivianos aumenta cuando surgen medidas de presión como dicho bloqueo, más porque ha sido organizado principalmente para evitar que Morales sea apresado, al ser acusado de estupro y trata y tráfico de personas. A pesar de que el sector evista asegure que su pliego petitorio es para que el gobierno de Luis Arce dé soluciones ante la crisis económica nacional, lo cierto es que se trata de un disfraz para ocultar los verdaderos objetivos, que son asegurar la impunidad del cocalero y forzar su habilitación como candidato del MAS para las elecciones generales del año próximo.
El malestar social crece porque “evistas” y “arcistas” se enfrascan en enfrentamientos virulentos, relegando la solución de la actual crisis económica que alarma. En el caso del bloqueo de caminos por casi 20 días, después de violenta lucha entre bloqueadores evistas y fuerzas del orden en Parotani, el expresidente Evo Morales solicitó un cuarto intermedio y afirmó que entraría en huelga de hambre para que el gobierno de Luis Arce instale mesas de diálogo para tratar asuntos de carácter económico y político.
Pero exaspera la lentitud con la que el gobierno de turno ha actuado ante esos bloqueos, cuyos autores han cometido varios delitos, como el uso de armas de fuego, dinamita, toma de regimientos militares, intercambio de prisioneros, agresiones a periodistas y pobladores, etc. Por ello se comprueba que los radicales evistas no son propensos a conversar pacíficamente hasta llegar a soluciones. Parece que siguen la consigna de su líder, es decir, “meterle nomás”, como con los bloqueos, sin que importe que así se perjudique principalmente a los más pobres.
Lo cierto es que por los bloqueos de vías escasean productos básicos y una subida de precios desespera a la gente menos favorecida. Y sectores productivos son obligados a soportar enormes pérdidas económicas, pues al quedar detenidos sus productos en las carreteras se pudren. En cuanto a los exportadores, pueden perder mercados que tanto les había costado conseguir. Asimismo, es grande la cantidad de pobladores que no pueden movilizarse de un lugar a otro libremente, a pesar de sus necesidades urgentes, por motivos de salud o trabajo.
Como la mayoría de los puntos de bloqueo están en Cochabamba, se habla de grandes perjuicios económicos para sectores de transporte y logística, agropecuaria, manufactura, turismo, gastronomía, etc. Como se advierte, el despiadado bloqueo de caminos instruido solo para proteger a Morales, amerita medidas que impidan su repetición, si no se quiere empeorar la crisis económica que agobia a millones de bolivianos.
Se está acabando la paciencia del pueblo
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