En el Foro Nacional organizado por la Fundación Tierra realizada en La Paz el 29 y 30 octubre reciente, los analistas Álvaro Ríos, Raúl Velásquez y Gustavo Rivadeneira recomendaron al Gobierno el inmediato levantamiento de la subvención a la gasolina y diésel como medida para frenar la crisis energética que ya sufre Bolivia y amenaza ampliarse a otros combustibles, como el Gas Licuado de Petróleo (GLP) y el gas natural que también se utiliza para generar electricidad.
Ríos propone que el país consiga 4 mil millones de dólares al año para comprar gasolina y diésel, y promulgar una nueva ley de hidrocarburos atractiva para que empresas petroleras realicen exploración en Bolivia; Velásquez, de la Fundación Jubileo, lamenta la ceguera de la subvención porque favorece, de igual manera, al transporte público y privado; mientras que Rivadeneira, que es asesor de la Cámara de Transporte, considera que los precios de los combustibles deben fluctuar con las cotizaciones internacionales como sucede en Chile y Perú.
Por su parte, el investigador Senior de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, cree que el biodiésel no es una solución real para el desabastecimiento porque sus volúmenes proyectados son muy pequeños e incluso se vislumbra serios problemas para la producción de palma, vegetal que sería la materia prima para este combustible alternativo.
Escasez de lluvias
La crisis energética se torna más difícil desde el punto de vista de la generación de electricidad, pues el gerente general de la Hidroeléctrica Boliviana, Ángel Zannier, lamenta que debido a fenómenos naturales y a los chaqueos de los últimos tres años, en la actualidad se produce 10 por ciento de electricidad proveniente de caudales de agua, energía que pretende reducir el consumo de gas natural de las termoeléctricas que consumen este combustible fósil.
La actual crisis energética que ya se hace visible es consecuencia de dos décadas de ausencia de exploración de hidrocarburos y consumo de las reservas descubiertas en años anteriores; a esto se suma una política de subvenciones a los combustibles que ya es insostenible debido a que el país ya no cuenta con el flujo de dólares que lograba de la exportación de gas natural al Brasil y la Argentina.
El suplemento eco$com requirió una posición oficial sobre la subvención de parte del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, pero no logró una respuesta oportuna hasta el cierre de edición.