Después del cuarto intermedio en los bloqueos de caminos, medida de presión que había sido instruida por el líder cocalero Evo Morales Ayma, debían continuar funcionando las mesas económica, política y especial para tratar el pliego de demandas del sector evista. Sin embargo, éstas fueron suspendidas porque cuando el vicepresidente David Choquehuanca en el Legislativo debía inaugurar la legislatura 2024-2025 y el presidente Arce informar sobre su cuarto año de gestión, legisladores evistas incurrieron en actos bochornosos y agresiones que no condicen con su investidura. Por ello desde el gobierno de turno se afirmó que no seguirá el diálogo con el sector evista, menos para considerar la habilitación de la candidatura presidencial de Morales, ni los procesos judiciales que se le ha iniciado por estupro y trata y tráfico de personas.
Al observar la conducta agresiva de esos asambleístas se comprueba, una vez más, que desde el año 2006, cuando el MAS llega al poder, tan importante órgano del Estado también está en estado de deterioro. Y es que los asambleístas masistas, con pocas excepciones, no fungen como verdaderos representantes nacionales, es decir, encargados de atender y conocer las necesidades de la población en general, que es a la cual representan. Por el contrario, apenas ocupan sus curules se dedican a velar por los intereses del partido azul. Esta tendencia de limitarse a levantar la mano para aprobar todo lo que le conviene al Ejecutivo, se ha mantenido durante los años de gobierno de Morales.
Hoy, debido a una dudosa división entre evistas y arcistas, cada vez son más violentos los enfrentamientos entre estos dos bandos del MAS. Sin embargo, para la opinión pública se trataría más que todo de una estrategia para mantener distraída a la población, a fin de que no reclame por otros graves problemas, como la falta de dólares y combustibles, la elevación de precios de productos básicos, el aumento del desempleo, los avasallamientos de tierras, inclusive de parques nacionales, el crecimiento del narcotráfico, contrabando etc.
Lo peor es que en los últimos años, a raíz de discrepancias entre masistas, han sido conocidas acusaciones contra legisladores azules por acoso sexual, borrachera, violencia verbal y física, etc. Sin que, empero, han sido realizadas las investigaciones correspondientes para sancionar con rigor a los culpables. Y a pesar de que se necesita con urgencia elegir a personas con suficientes méritos personales y académicos para desempeñar la importante función de legislar, por intereses partidarios mezquinos no se hace los cambios anhelados.
Cuando se acerca el periodo de elecciones generales, se espera que los partidos políticos se esmeren para proponer como legisladores a personas que realmente tengan ética y sólida formación profesional para abordar numerosos problemas que hoy afligen a millones de bolivianos.