El productor Marc Platt no podía saberlo, pero el cineasta que finalmente contrataría para dirigir la película Wicked, Jon M. Chu, era un gran admirador de la producción teatral desde hacía mucho tiempo. Décadas antes, Chu había asistido a las primeras funciones de este espectáculo crucial de Platt en el Curran Theatre en San Francisco, antes de que empezara a presentarse en Broadway. “La estrenamos en San Francisco y estuvo cinco semanas en cartelera”, relata Platt. “Sin que yo ni Jon lo supiéramos, yo estuve en el Curran Theatre todos los días de las cinco semanas de representaciones. Un día, el entonces joven Jon también estaba en ese teatro; había oído hablar de este musical, y fue a verlo. Muchos años después, cuando descubrimos esta conexión, pensamos: ‘Este es un buen matrimonio; el productor y el director para hacer este material’”.
Durante la infancia de Chu en el Área de la Bahía de San Francisco, con frecuencia sus padres lo llevaban a presentaciones de giras de ópera y producciones de teatro musical regional. Allí encontró su vocación y mantuvo su fascinación por esta forma de arte hasta la edad adulta, que terminaría impulsando sus futuros trabajos como director —desde la fascinante e innovadora serie de películas de Step Up hasta la revolucionaria Crazy Rich Asians, y el aclamado musical de Lin-Manuel Miranda, In the Heights.
Cuando Chu estaba en conversaciones con los cineastas sobre la posibilidad de unirse a Wicked como su director, les dijo a Platt, Holzman y Schwartz que él sería el guardián de un mundo creado por ellos. Chu recordó lo que había experimentado con Wicked dos décadas antes en el Curran Theatre de San Francisco, donde él, Platt, Schwartz, Holzman y Stone habían estado juntos al mismo tiempo. “Todos habían estado en el Curran para este nuevo espectáculo”, anota Chu. “Todos mis conocidos cuchicheaban sobre ello. Incluso hace 20 años, me pareció relevante; lo que llamó mi atención del espectáculo fue cuando el doctor Dillamond dice: ‘No te están contando toda la historia’. La fuerza de lo difícil que es el cambio y lo complicada que es la gente. Lo que escribieron Stephen y Winnie es profético”.
Ni hace falta decir tiene que Chu consiguió el trabajo. “Jon tiene una importante serie de conocimientos como director visual”, dice Platt. “Pero lo que más me gusta es su corazón y su humanidad. Wicked es una historia de humanidad, sobre personas, y Wicked lleva su corazón en la mano; al igual que Jon. Él nació para dirigir estas películas. Con la brillante visión creativa de Jon, Stephen y Winnie, juntos, nos hemos aventurado a crear un mundo que sólo puede hacerse realidad en el cine”.
La ambición de Chu es que el público vea Wicked a través de un nuevo cristal. “Quiero que la gente que la vio sobre el escenario la experimente de una forma como nunca antes”, explica Chu. Para los cineastas era crucial llenar a Wicked con una panoplia de artistas destacados, tanto detrás como delante de las cámaras. “Trabajamos mucho tiempo para encontrar el elenco perfecto”, observa Chu. “Sabíamos que necesitábamos personas que supieran cantar y actuar y que fueran algo ozianas. Estos narradores son un poco raros, un poco excéntricos. Por eso me gustó reunir a todos estos inadaptados para hacer una película sobre inadaptados”.
Jon M. Chu llega a Oz en Wicked
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