El gobierno ruso ordenó este martes la expulsión de un diplomático británico en Moscú, acusándolo de espionaje tras supuestamente proporcionar información falsa para ingresar al país. La medida se da en un contexto de tensiones crecientes entre ambos países, exacerbadas por el uso de armas británicas por parte de Ucrania en ataques dentro de territorio ruso.
Según el Servicio Federal de Seguridad (FSB), el funcionario habría realizado actividades de inteligencia y subversión que amenazan la seguridad de Rusia, lo que llevó a la revocación de su acreditación y a su expulsión en un plazo de dos semanas, informó una agencia estatal.
Por su parte, el Reino Unido rechazó las acusaciones, calificándolas de infundadas y parte de una estrategia recurrente de Rusia. Londres responderá en el momento oportuno, afirmó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico en un comunicado.