Durante tres horas, se permitió el acceso gratuito a una de las herramientas más asombrosas en el ámbito de la inteligencia artificial. Un pequeño grupo de artistas logró filtrar el acceso a Sora en protesta por el trato que reciben los creativos profesionales, quienes están experimentando con la IA sin recibir una compensación adecuada. En respuesta, OpenAI ha decidido pausar el acceso a esta herramienta de generación de vídeos, que había captado la atención mundial por su impresionante capacidad para crear clips.
La generación de vídeos mediante inteligencia artificial representa un desafío significativo para la industria cinematográfica y la producción audiovisual, ya que amenaza miles de empleos. De hecho, hace meses, actores que prestan sus voces y rostros a videojuegos también se manifestaron en contra del crecimiento de la industria de la IA, como reportó The Guardian.
La controversia comenzó cuando OpenAI ofreció acceso gratuito a Sora a cientos de artistas para que probaran su generador de vídeo basado en inteligencia artificial. Sin embargo, alrededor de 20 artistas denunciaron que la empresa se estaba beneficiando de su trabajo no remunerado para fortalecer su propia marca.
El hecho de que una compañía valorada en 150 mil millones de dólares tenga a cientos de artistas realizando pruebas sin compensación ha sido un factor clave en la reciente protesta. Según The Washington Post, los artistas argumentaron que ser seleccionados para exhibir sus películas o cortos no les ofrecía una compensación mínima en comparación con el valor publicitario que obtenía OpenAI. En respuesta, decidieron ofrecer Sora de manera gratuita durante tres horas, hasta que OpenAI cerró repentinamente el acceso.
Niko Felix, portavoz de OpenAI, explicó que la compañía ha pausado temporalmente el acceso a Sora mientras evalúa la situación. Felix afirmó que cientos de artistas han estado optimizando Sora en su versión alfa y han contribuido al desarrollo de nuevas funcionalidades y sistemas de protección. La participación era voluntaria y no había obligación de proporcionar retroalimentación o utilizar la herramienta.
Durante la protesta, no se filtró ningún código ni información sensible de OpenAI; simplemente se creó una página web que permitía a cualquier persona acceder al servicio que OpenAI había proporcionado para que los artistas pudieran usarlo de forma privada.
Este evento es inédito en una industria donde el secretismo es fundamental para muchos desarrollos, y aquellos que participan en pruebas alfa o beta suelen mantener silencio. Por lo tanto, es poco común encontrar una situación como la que se ha vivido recientemente con Sora de OpenAI.
Es importante señalar que este grupo de artistas no se opone al uso de la inteligencia artificial como herramienta para las artes, según afirman en la red Hugging Face.