El real brasileño alcanzó un mínimo histórico, perdiendo más del 22% de su valor este año, mientras el índice bursátil Bovespa cayó a su nivel más bajo en seis meses. Las dudas de los mercados sobre los planes de gasto del gobierno y el amplio déficit fiscal generan presión sobre la moneda y las acciones. Aunque el Congreso avanzó en la aprobación de un proyecto de ley fiscal clave, los inversores temen que las medidas no sean suficientes para estabilizar la frágil situación económica.
El Banco Central de Brasil intervino nuevamente con subastas de dólares y mantuvo su política monetaria estricta, elevando la tasa de interés al 14,5%, la más alta desde 2016. Sin embargo, analistas advierten que la falta de una respuesta fiscal contundente podría prolongar la turbulencia económica, mientras el gobierno insiste en que las reformas son necesarias para reforzar el marco fiscal del país.