Las celebraciones de Año Nuevo en Alemania se vieron empañadas por episodios de violencia relacionados con fuegos artificiales, que dejaron un saldo de cinco muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos. En Berlín, los servicios de emergencia enfrentaron ataques directos con pirotecnia ilegal mientras atendían más de 1.800 incidentes, resultando en 13 agresiones contra trabajadores. La policía detuvo a 330 personas, incluido un agente gravemente herido, mientras que en otras ciudades como Leipzig, Colonia y Hamburgo también se registraron disturbios, incendios y agresiones. Un caso especialmente impactante ocurrió en Bonn, donde adolescentes dispararon un cohete contra un hombre sin hogar mientras lo grababan.
La tragedia también tocó a Múnich, donde un incendio provocado por pirotecnia en un balcón dejó heridos graves, incluido un menor que perdió partes de su mano. Las víctimas mortales incluyeron a dos personas en Sajonia, vinculadas a explosivos caseros. Estos hechos han reavivado el debate sobre la prohibición del uso privado de fuegos artificiales en Alemania. Mientras organizaciones piden restricciones, la Asociación de Pirotecnia defiende los productos legales y señala a los explosivos caseros como los responsables de los incidentes. Autoridades y sindicatos han condenado los ataques al personal de emergencia y subrayaron la necesidad de actuar contra la violencia desatada durante estas festividades.