El fraude electoral es un hecho

El pasado 15 de diciembre se llevaron a cabo unas polémicas elecciones judiciales, que son sinónimo de vergüenza y muestran el nivel de desinstitucionalización de nuestro país. Me sorprende la calma de la gente y de la “oposición”, pues las irregularidades han sido múltiples y es claro que esta elección es un ensayo para lo que se vendrá en 2025: un fraude masivo.
Estas elecciones judiciales son una vergüenza para la democracia y su realización ha sido nefasta. Los miembros del TSE deberían ser juzgados con toda la dureza de la ley por llevar a cabo elecciones tan polémicas, accidentadas y fraudulentas. Este proceso electoral debió haberse llevado a cabo en 2023, pero gracias a los nefastos auto-prórrogados y a la incapacidad del Poder Legislativo, su realización se atrasó tanto. Para rematar, las elecciones judiciales se realizaron de “manera parcial”, algo que es inaudito y que pondrá en riesgo la elección presidencial de 2025, basándonos en lo que dicta nuestra nefasta CPE (solo se puede llevar a cabo una elección por año). Es realmente terrible ver la situación en la que está nuestro país y lo peor es que la oposición nada dice. Realizar este tipo de elecciones es un golpe directo a la democracia y a la integridad de Bolivia, algo que no se puede permitir.
Pienso que muy pocas personas fueron “animadas” o informadas para votar, pues esta elección es una desgracia y está injustificada; en otras palabras, es un gasto de plata y tiempo. Los encargados de la justicia deberían ser “notables”, personas intachables con gran experiencia y trayectoria, no serviles al partido de gobierno. Repito, la gran mayoría de la gente no conocía a los candidatos y tampoco tenía ganas de ir a votar. Un proceso electoral tan manchado y polémico lo último que merece es consideración y respeto.
Lo que más me preocupa y que nadie menciona son los resultados. Algunos afirman que los votos válidos son superiores a los nulos/blancos, rompiendo así con la tendencia de las dos anteriores elecciones judiciales. Me pregunto, en una época en la que nadie cree en la justicia, en una elección a la que nadie va realmente informado y con la certeza de que los candidatos son serviles al MAS, ¿es posible que los votos válidos sean superiores a los blancos o nulos? Lo lógico debería ser que el porcentaje de votos nulos y blancos sea aún más grande que en las anteriores elecciones judiciales. No creo que la gente haya votado informada y mucho menos con fe en la justicia. Para cambiar esto se necesitan reformas estructurales y un gobierno patriota, no elecciones realizadas por el MAS y su nefasto TSE. Realmente me preocupan estos resultados; el porcentaje de votos válidos es muy grande y muestra que los mecanismos de fraude han sido perfeccionados. Por lo que en 2025 (si hay elecciones), ya sabemos quién será el ganador según el TSE, y además me atrevería a decir que con 2/3.
La oposición habla de unidad y proyectos de gobierno, pero creo que antes se debería pedir que las elecciones sean justas y que no estemos ante otro fraude. Uno debe ir a “jugar” sabiendo que está en igualdad de condiciones, no con desventajas ni trampas de por medio. De otra forma, estarían legitimando el fraude. De igual forma, se podría preparar mecanismos de control de votos alternativos, como se hizo en Venezuela y que fue fundamental para probar el fraude del régimen de Nicolás Maduro. No hablen de unidad y de quién es el mejor candidato para vencer al MAS, hablen de qué se va a hacer para evitar otro fraude o qué mecanismos de control alternativos serán usados para evitar que el TSE siga validando las matufias del MAS.
Estas elecciones judiciales han sido el mejor ensayo del MAS para perfeccionar el fraude de las próximas elecciones. Los resultados tan controversiales y sin sentido nos lo demuestran. El fraude electoral es una realidad y estamos contra el reloj para detenerlo y salvar a Bolivia.