Centros de salud pública necesitan mayor atención

Lamentablemente, en nuestro país solo cuando surgen graves problemas en materia de salud, se movilizan las autoridades del sector para mejorar la atención a pacientes de diversa gravedad. La prueba más reciente de ello ha sido la aparición del covid-19, enfermedad viral que, por falta de vacunas y suficiente equipamiento y personal sanitario, ha dejado una gran cantidad de fallecidos y a otros con secuelas permanentes.
Hoy cuando se informa sobre nuevos casos de esa enfermedad en algunas regiones, se necesita tomar las previsiones del caso, mediante la dotación oportuna de lo que sea necesario para combatir ese mal, así como ir intensificando campañas de salud dirigidas a la población, más cuando se acerca el inicio del periodo escolar.
A nivel mundial, el servicio de salud pública es considerado primordial para la población, pues recibe a millones de pacientes que no tienen los recursos suficientes para acudir a clínicas privadas. Por ello, por ejemplo, en Brasil se ha implantado el Sistema Único de Salud (SUS), para abarcar a mayor cantidad de gente. Como se deduce, la preocupación es permanente para aliviar el sufrimiento de los enfermos, asignando presupuesto adecuado a dicho servicio, por lo que en otros países no son frecuentes los paros de actividades o numerosas quejas de pacientes.
En Bolivia, la situación es diferente. En los últimos años la atención a los pacientes en centros que son parte de la Caja Nacional de Salud (CNS) no ha mejorado. En consecuencia, quienes recurren a los nosocomios públicos hacen conocer sus reclamos, porque cuando un médico sale de vacaciones, no cuenta con un suplente o no se contrata a otro similar, sino que se pasa al paciente a otro consultorio, por lo que puede variar el diagnóstico médico. Y para tener citas con médicos especialistas se debe esperar por meses desde la fecha de transferencia. En otros casos faltan especialistas desde hace tiempo.
También han sido conocidos en el país reclamos por falta de camas, demora en la compra de servicios externos, falta de quirófanos, alimentación inadecuada para pacientes, falta de protocolos de atención, demora en reembolsar gastos hechos por familiares de enfermos, falta de medicamentos, etc.
Ante los problemas que originan las protestas de quienes recurren a centros médicos públicos para intentar recuperar su salud, es necesario conocer, de manera periódica, lo que hacen sus directivos para dar soluciones. Además, las supervisiones al funcionamiento de los centros de salud pública en el país deberían ser frecuentes, en vez de declaraciones improvisadas de autoridades del sector o anuncios de medidas paliativas. Asimismo, escasean ciertos medicamentos por la falta de dólares para importarlos y de otros suben sus precios, por lo que son casi inaccesibles para el ciudadano común.
Como se percibe, el mejor remedio es prever enfermedades y contar a tiempo con lo necesario para atender a los enfermos.