El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian, firmaron un acuerdo de asociación estratégica de 20 años en Moscú, un pacto que ha generado tensiones en Occidente debido a su potencial para una cooperación más profunda en materia de defensa entre las dos naciones. El acuerdo, que se centra en la construcción de una planta de energía nuclear en Irán, también busca impulsar los vínculos comerciales y económicos entre ambos países.
Rusia construyó la primera planta nuclear de Irán, que entró en funcionamiento en 2013, y las dos naciones ya han firmado contratos para dos reactores adicionales. El Kremlin considera a Irán un socio importante y ha declarado que su asociación no está dirigida contra ningún otro país. Sin embargo, Occidente sigue receloso de la creciente relación entre Irán y Rusia, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania.