El miércoles estuve en la feria de Villa Dolores de El Alto, con el objetivo de comprar una libra de arroz para cocinar una sopa de verduras; sin embargo, tuve un ingrato momento al saber que el valor oscilaba entre Bs 6 y 6,50. Le consulté a la caserita: ¿por qué tan caro? y ella me respondió que “todo ha subido”, y me pregunté, ¿cuánto más subirá el precio de la libra de arroz este año?
La última consulta se debe a que el índice de inflación que se registró en 2024 alcanzó el 9,97%. La cifra refleja las quejas de las amas de casa y las movilizaciones de sectores sociales por el constante aumento de los precios de la canasta familiar, las cuales fueron minimizadas y acusadas de conspiración por parte de funcionarios del gobierno.
La inflación tiene como origen el déficit fiscal que en 2023 alcanzó el 10,8% con relación al Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a $us 5.000 millones y para el 2024 se proyectó 7,8%, que alcanza a unos $us 3.600 millones y para este 2025 se estimó 9,2%, lo cual es mayor a los dos últimos años. El déficit fiscal son los altos gastos realizados por un gobierno con relación a los bajos ingresos en un periodo determinado.
Esta situación crea una presión en las reservas internacionales netas (RIN), que causó una reducción de $us 15.122 millones a $us 1.976 millones entre 2014 y 2024, lo cual se tradujo en una merma de la divisa estadounidense. Entonces, el déficit fiscal causó la reducción de las RIN, la falta de dólares para la importación de bienes que demandan los consumidores, se crearon mercados negros y se distorsionó la cotización en la compra y venta de dólares en la economía.
Toda esta situación desembocó en la inflación de los precios de los productos de la canasta familiar y la devaluación de la moneda nacional. A este escenario, se debe sumar el cambio climático, los bloqueos de caminos, la baja capacidad productiva del país y el escuálido resultado de las exportaciones que hasta noviembre de 2024 alcanzaron a $us 705,7 millones y las importaciones $us 749,2 millones, lo que deja un déficit comercial de -$us 43,5 millones, cuyos factores ayudaron al aumento de la inflación.
En este sentido, no queda duda en afirmar que en 2025 la inflación tiende a aumentar, más aún, cuando el Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 proyecta una inflación del 7,5%, que es mayor a lo que se estimó para el año anterior, que fue 3,6%. Además, el PGE 2025 no busca reducir el déficit fiscal ni aumentar la capacidad productiva, como expresión de la decadencia del modelo económico que el gobierno defiende con dureza, debido a que mantiene un crecimiento del 3,5%.
La gestión del gobierno de Luis Arce Catacora, debe tomar medidas inmediatas para no caer en una escala inflacionaria que sólo afectará a las familias de escasos recursos. El escenario nada halagüeño es al margen de las serias observaciones a la metodología que aplica el INE para determinar el índice de Precios al Consumidor (IPC), las cuales se caracterizan por no ser confiables, porque una es la realidad en los mercados, que la sienten las amas de casa, y otra es el dato oficial.
PROPUESTA
Es imperativo que haya institucionalización en el INE, para que los datos del IPC sean profesionales, técnicos y sinceros, lo cual debe estar alejado del color del partido político en función de gobierno.
Es menester la implementación de un nuevo modelo económico productivo que atraiga la inversión privada nacional o extranjera para aumentar la productividad, lo cual permite elevar la oferta de bienes y servicios con el objetivo de bajar los precios de los bienes en los mercados. Este círculo virtuoso no sólo debe permitir bajar la inflación, sino aumentar la productividad, generar empleos directos e indirectos, los suficientes dólares para incrementar las RIN y elevar las exportaciones a diferentes mercados.
La implementación de un modelo económico será vital para concretar las propuestas mencionadas, lo que será posible con un nuevo gobierno, porque las actuales autoridades no están dispuestas a asumir dicho reto. El omitir el desafío podría causar que el país no sólo se quede en el fondo del barranco inflacionario, sino que la economía pueda terminar en la recesión.
El autor es periodista, docente universitario.