Anualmente, miles de bachilleres y profesionales de distintos campos, se presentan al examen de admisión que se desarrollan en las escuelas superiores de formación de maestros y unidades académicas, habilitadas dentro del Estado Plurinacional de Bolivia, anteriormente conocidos como “escuelas normales integrales”, gracias a la promulgación del Código de la Educación Boliviana (1955).
El sábado 25/01/2025, con muchas ilusiones sembradas arribaron a las dependencias de la Escuela Superior de Formación de Maestros “Villa Aroma”, 2.042 postulantes inscritos en la modalidad A: “prueba escrita”, a las especialidades fijadas por las autoridades del ramo: Educación Primaria Comunitaria Vocacional y Valores Espiritualidades y Religiones. Cuando en años anteriores tenían 3 especialidades.
Muchos madrugaron desde distintos lugares y comunidades de la provincia Aroma del departamento de La Paz, acompañados de sus amados padres, para rendir de forma presencial la famosa: “prueba escrita”, para de esta forma, venciendo el “examen de conocimientos”, ingresar con méritos propios a la escuela superior de formación de maestros. Empezar y concluir su formación durante cinco años en los campos del saber profesional de maestro normalista: pedagogía y didáctica (ciencia del saber enseñar).
Consolidando de esta forma la naturaleza de las escuelas superiores de formación de maestros, concebidas como: “Comunidades de construcción de pensamiento educativo propio y producción de conocimiento pedagógico crítico, desarrollando procesos de formación profesional en las dimensiones pedagógica, sociocultural y comunitaria, destinada a formar maestros…” (Ministerio de Educación, 2018, pág. 26).
La aplicación de la prueba escrita despertó muchas ilusiones en los postulantes inscritos, sembrando en cada estudiante una esperanza efectiva para encontrar una vocación, una profesión noble para ejercer la docencia en el Subsistema de Educación Regular e inculcar conocimientos básicos y generales a los niños de inicial, primaria y secundaria.
Ahora, quiérase o no reconocer, en el sistema educativo la famosa prueba escrita o “examen de conocimientos”, fue muy controversial desde siempre y temido por los estudiantes y la sociedad en su conjunto; presumimos por la deficiente o pésima formación académica que hemos recibido en el nivel secundario, e incluso en educación superior en ciencias fácticas (sociales-lenguaje) y formales (matemática-física-química), con profesores que no eran de especialidad ni especializados, fundamentalmente en unidades educativas de reciente creación.
En el área provincial, recuerdo que los docentes improvisaban clases en ciencias formales, porque faltaban docentes de especialidad. Y sentíamos a la conclusión del año escolar que teníamos pocos contenidos avanzados. Claro, las consecuencias las notamos y las asumimos con muchos remordimientos de conciencia, cuando pretendíamos ingresar con “prueba escrita”, a una escuela normal y universidad.
Entonces, nuestra recomendación para vencer barrera de la prueba escrita e ingreso con méritos personales a una institución de educación superior; la llave mágica es el “estudio”, lectura constante y comprensiva con el debido tiempo, tomar en serio conocimientos recibidos en nivel secundario, asistir a centros de capacitación o avalanchas académicas, aplicar técnicas de estudio (resúmenes, esquemas, etc.), memorizar conceptos y características centrales de los contenidos, que presumen que ingresarán a la prueba escrita.
Finalmente, corresponde motivar y levantar la moral de los postulantes que quedaron rezagados de la prueba escrita; ánimos, jóvenes, la vida continúa y continuará, no bajen la guardia, menos la cabeza porque sembraron sus compromisos y esperanzas personales en la búsqueda de una vocación profesional. Intenten nuevamente en la gestión siguiente, pero con la ventaja de una mejor preparación y estudio académico…
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