Un problema que hasta ahora no ha merecido la atención debida por parte de autoridades locales y nacionales es la acumulación diaria de desechos sólidos, particularmente de las principales ciudades del país, cuyo crecimiento poblacional es constante. A pesar de que las urbes producen miles de toneladas de basura, provenientes de viviendas, de limpieza urbana, derivadas del barrido de calles, restos de mercados callejeros, desmalezamientos, en general son recogidas por esforzado personal de empresas contratadas y son enviadas a botaderos ubicados en zona alejadas, donde permanecen al aire libre.
Y como se recicla una mínima parte de tales residuos, surgen peligros ambientales y sociales. Es que la acumulación de basura causa olores insoportables, producción de gases tóxicos, afectando a poblaciones cercanas, donde aparecen enfermedades que afectan principalmente a sectores vulnerables. Por ello se necesita planes para industrializar el manejo de desechos, mediante la instalación de modernas plantas de tratamiento. Se trata de reciclar, de aprovechar el metano y otros biogases que salen de rellenos sanitarios, para obtener energía limpia mediante biodigestores. Pero se presentan varios obstáculos, como el elevado costo de cada planta, la actual falta de dólares, la falta de adecuada infraestructura para labores de recolección y clasificación de residuos, entre otros.
Por el contrario, en otros países, la basura es motivo de separación de materia orgánica, materiales reciclables y detritus. El objetivo es aprovechar lo orgánico para producir abono y biogás, lo que significa ganancias adicionales para quienes se dedican a la economía circular, es decir transformar desechos en recursos. Tales actividades que contribuyen, además, a disminuir los gases de efecto invernadero, están a cargo de empresas privadas, con apoyo de campañas de educación ambiental y participación de los ciudadanos para separar residuos. Para ello también es importante la colaboración de las autoridades locales.
En cuanto a los botaderos de otras naciones, algunos cuentan con centrales termoeléctricas impulsadas por biogás, con metano generado por la descomposición de los desechos orgánicos. Y destacan los llamados ecopuntos, que son unidades de recolección distribuidas en cada ciudad. En esos sitios la atención en ellos es gratuita y se recibe material reciclable, como papel, cartón, plástico, vidrios y metales; vegetación que ha sido podada; escombros de construcciones civiles, muebles viejos, etc. Asimismo, jóvenes universitarios presentan iniciativas para impulsar la preservación ambiental, la economía circular y la sostenibilidad.
En nuestro medio, como se advierte, la acumulación de basura en mínimas condiciones de seguridad ambiental es un peligro, por lo que se requiere con urgencia planes para hallar soluciones, más si en este tiempo pueden aparecer nuevas epidemias.