Desde el 24 de enero, las salidas hacia Apolo, en el norte de La Paz, permanecen suspendidas debido al deterioro extremo de la carretera, que se transforma en una peligrosa «pista de patinaje» durante las lluvias. Conductores y pasajeros reportaron vehículos atascados en el lodo y maniobras riesgosas para cruzar el tramo, que ahora triplica el tiempo de viaje habitual, extendiéndose hasta 48 horas. Las flotas, cargadas de pasajeros, enfrentan graves dificultades, mientras las autoridades locales analizan medidas de presión contra la Administradora Boliviana de Caminos (ABC).
Los transportistas y lugareños lamentan la falta de soluciones definitivas a un problema recurrente cada temporada de lluvias. La vía, aún de tierra, carece de mantenimiento adecuado, lo que incrementa los riesgos para los viajeros. Este martes, las boleterías seguían cerradas, mientras los pobladores esperan una reunión clave con la ABC para exigir respuestas ante el abandono y las condiciones precarias de la única carretera troncal que conecta la región.