La comunidad de Alcohólicos Anónimos (AA) cumplió ayer 45 años en La Paz y sus miembros celebraron, actualmente son 34 grupos de apoyo distribuidos en la urbe paceña y en la ciudad de El Alto.
Edwin y Víctor, dos alcohólicos en recuperación, reflexionaron sobre la importancia de prevenir esta enfermedad antes de estigmatizarla e invitaron a cualquier persona aquejada por el alcoholismo a unirse a su programa, porque cualquiera puede tener esta enfermedad y “es mejor conocerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no conocerlo”.
En declaraciones a EL DIARIO, Edwin y Víctor dijeron sentirse libres de poder declarar abiertamente que se encuentran luchando contra su enfermedad con fe y esperanza, seguros de haber encontrado en AA una luz que cambió sus vidas cuando todo parecía estar perdido.
“Ya son 45 años que la comunidad de Alcohólicos Anónimos está presente en La Paz (…). El primer grupo, que cumple 42 años, estaba justo en Sopocachi. Luego tuvimos (el grupo) ‘Amistad’ en 1985, nuestras primeras reuniones en el Psiquiátrico de la Villalobos y en la cárcel de San Pedro. De ahí fueron formándose otros grupos y hoy en día, gracias a Dios, ya contamos con 34 grupos en las ciudades de El Alto y La Paz”, señaló Edwin, miembro del grupo “Serenidad”.
El entrevistado recordó que la comunidad nació un 31 de enero de 1980, cuando un ciudadano alemán que había llegado a La Paz, en busca de hacer negocios, casualmente ofreció ayuda a personas con problemas con el alcohol, abriendo las puertas de su hogar en la zona de Miraflores.
Luego, el grupo “Central” se consolidó en 1983, cuando una mujer cruceña, miembro de la comunidad Dorita, llegó a La Paz e inauguró el primer grupo en el Montículo de Sopocachi con otros compañeros, agregó a EL DIARIO.
Víctor reconoció el importante servicio que esta comunidad brinda a la población, asegurando que la literatura y el programa de 12 pasos de AA es un “mensaje humano para el mundo” que invita a adoptar una filosofía renovadora, de esperanza y de cambio de actitud, no solamente enfocado en la adicción al alcoholismo.
Aseguran que, a casi medio siglo de existencia en La Paz y con 34 grupos distribuidos en ambas ciudades de la sede de gobierno, este programa ha salvado miles de vidas en Bolivia y en el mundo.
UN ESTIGMA LATENTE
Edwin lamentó que, en pleno 2025, las instituciones y los medios siguen estigmatizando al alcoholismo y representándolo desde una mirada moralista sin enfocarse en la prevención, ante el crecimiento alarmante de esta enfermedad que cada año cobra la vida de miles de personas en accidentes de tránsito, suicidios, asesinatos y otros hechos ampliamente difundidos por la prensa.
Agregó que el programa de 12 pasos de AA no solamente consiste en un método de recuperación y tratamiento de la adicción, sino que también propugna un cambio en el estilo de vida en el ámbito familiar, laboral y social.
“Como es una enfermedad que no tiene cura, apuntamos a su detención, a eso va el programa. Prevenimos la adicción sin dejar de ser parte de la sociedad. No somos personas que estamos encerradas en cuatro paredes, somos personas normales, profesionales o no profesionales. Esta enfermedad es tan ‘democrática’ que le puede dar a cualquiera”, señaló Edwin.
Los entrevistados enfatizaron en que el programa ofrece una guía espiritual, no religiosa ni dogmática y en completo anonimato e individualidad, en el que cada persona puede continuar con su vida cotidiana sin ser juzgado ni señalado, hasta que un día pueda admitir abiertamente que ha dejado la adicción gracias a esta comunidad.
Uno de los pasos del programa, por ejemplo el de las “24 horas”, consiste en intentar abordar dejar el consumo de alcohol “solo por hoy”, solamente por un día, para que el proceso se logre paso a paso y sea mucho más plausible que fijarse metas lejanas de largo plazo.
FILOSOFÍA DE VIDA
Edwin es testimonio de que un cambio es posible cuando existe voluntad desde la persona aquejada por la adicción. Recuerdan cómo AA les ayudó a recuperar su vida no solamente alejándose del alcohol, sino cambiando actitudes negativas de su personalidad hasta llegar a un estilo de vida más sano.
“Hoy puedo decir, por la gracia de Dios, que tengo una vida feliz y útil. Cuando entré a AA me mostraron esa lucecita al final del túnel, pero nunca pensé que esa luz iba a ser un sol radiante de felicidad, alegría y de una nueva vida”, enfatizó Edwin.
Por su parte, Víctor relató que llegó a Alcohólicos Anónimos hace casi tres años, muy confundido pero consciente de su problema. Se refirió al programa de 12 pasos como un método de rehabilitación “maravilloso” que le permitió vivir una vida en libertad tras aceptar su derrota total ante el alcohol.
“A partir de ahí, encuentro esa luz que me da AA y que ahora se ha convertido en la esperanza que tengo cada día al despertar. Si bien he perdido muchas cosas, he ganado libertad, ahora yo elijo cómo vivir, ya no encadenado al alcohol”, manifestó a este matutino.
Víctor reconoció que eventualmente entendió que el alcohol era “la punta del iceberg”, un síntoma de su verdadero problema: su carácter y sus decisiones, las que pudo empezar a mejorar gracias al programa de los 12 pasos de AA.
“Soberbia, arrogancia, egocentrismo, calumnias, críticas, chismes… me voy despojando de todo eso y (un día) el alcohol ya no había sido el problema: el problema había sido yo, mis malas decisiones y mis malas actitudes”, confesó. (EL DIARIO)