Dentro del ambiente político electoral, la agenda pública o el tema de discusión en los medios de comunicación es la crisis económica y también la crisis del sistema político a nivel local y regional. Hay riñas internas dentro del oficialismo en cada vertiente, llámese esta arcista, evista o rodriguista y dentro de los partidos de oposición o “disidencia controlada”, como yo la llamo. No veo acción de gobierno, ni acción de la oposición para salir de la crisis económica. La relación de las diferentes gobernaciones con el gobierno nacional es tensa, porque no hay recursos para invertir en las diferentes regiones. El presidente Arce está en plena campaña electoral, aunque sabe muy bien que no tiene ni la más mínima posibilidad de ser reelecto. Está muy molesto por el rechazo generalizado de toda la población a su gestión económica y por la desconfianza generalizada que le causa al pueblo boliviano la sigla del instrumento político.
La situación de la Asamblea Legislativa es deplorable, entre gallos y medianoche se aprobó en Comisión de Diputados un contrato de litio con una empresa china, en medio de denuncias por sobornos. Hay una crisis de credibilidad en todo el gobierno, nuestro presidente quiere venderlo todo, para tener recursos frescos, no precisamente para mejorar la calidad de vida de los bolivianos, sino para terminar con lo poco que le queda al país, en materia de recursos naturales estratégicos. No conoce la diferencia entre lo público y lo privado, al parecer lo hace intencionalmente para hundir más la magra economía del país. Esto es un abuso de poder, es corrupción, es injusticia. Si es reelecto presidente no imagino lo que pueda hacer con el país, querrá venderlo todo a transnacionales, sean orientales u occidentales.
Pero desnudemos el proceso y la estrategia electoral de las elecciones presidenciales 2025. Para ello nos haremos preguntas:
¿De qué partido político es mayoritariamente el electorado boliviano?
– El MAS evista, solo tiene poder dentro de las 6 federaciones del Chapare. El MAS arcista, tiene la maquinaria institucional y el apoyo de funcionarios públicos, desesperados por conservar cargos. El MAS del ala de Andrónico Rodríguez, tiene poder en las juventudes masistas, que miran con buenos ojos una renovación del liderazgo político dentro del instrumento político. Es decir, el poder del MAS se redujo a los defensores de este partido, gente que se benefició con el proceso de cambio, que solo sirvió para el surgimiento de una nueva clase social privilegiada en el país, oportunista hasta más no poder.
– Los partidos políticos de oposición, como poder no existen, es decir se redujeron a ser una “disidencia controlada” por parte del MAS. Por eso el tránsfugo político se convirtió en la mejor actividad de los supuestos opositores. Ahora esos tránsfugas forman parte del nuevo proyecto político del alcalde de Cochabamba, es decir Manfred recicló lo peor de la política boliviana. Imaginen las consecuencias para el futuro del país.
En síntesis, el electorado boliviano no tiene una opción para elegir, no existe una alternativa política para Bolivia, nos quieren llevar a unas elecciones donde tendremos que votar por el menos peor, pero sumado a esto que la clase política decadente, en acuerdo con el régimen quiere seguir preservando la vieja forma de hacer política. Nos quieren llevar a todos como ganado para el matadero.
¿Quién ganó cada elección desde el 2005 hasta ahora?
– El MAS, democráticamente en sus inicios y con fraude en el final, es quien ganó las últimas tres elecciones generales. Después de casi 20 años de gobierno masista, solo tiene presencia en el área rural y jamás podrá salir de esa instancia rural. Claro que en sus comienzos logró conquistar a parte de la clase media y urbana. Es por esa misma razón que el voto rural, según nuestras normativas, tiene más peso que el voto urbano. El sistema está diseñado para que el MAS siempre tenga presencia en la política boliviana, a eso se debe la pelea para ver quién se queda con la sigla. El MAS solo recoge votos en el área rural, solo tiene presencia y cobertura en la región del occidente boliviano y cierta parte del oriente boliviano, donde el proceso de collanización del país dio sus frutos.
Pero ahora no tiene el apoyo de la clase media, no tiene el apoyo de muchas provincias y sectores del país. Debido a los escándalos de corrupción de sus alcaldes y gobernadores, ya no tiene el peso político para reproducir el poder, en el área urbana. Ahora me atrevo a decir contundentemente que ya casi no tiene presencia efectiva, se han quedado solos. Es por eso que están desesperados.
¿Y los candidatos de oposición?
En la vereda del frente se encuentran los candidatos de oposición que no quieren pasar de moda. Pero hay que hacerse una serie de preguntas básicas, ¿Cómo llegaron a ser candidatos? ¿Son herederos del liderazgo de otros o lo construyeron ellos mismos? ¿Son resistidos por su propia dirigencia y por toda la población en general? ¿Ellos dominan el partido o el partido político los domina? ¿Tienen estructura propia?
En resumen, hay todavía muchas deficiencias y falencias dentro de la oposición política, porque muchos de ellos no cumplen con los requisitos para un liderazgo efectivo. Entonces: si nada hacemos, volveremos a presenciar con el MAS el fraude o a otra sigla política que responde al régimen masista, lo que será una nueva frustración colectiva.
Jhonny Vargas es Politólogo y Docente de Posgrado.