Desde hace casi veinte años, el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) ha violado la Constitución Política del Estado Plurinacional más de una vez y actualmente está empeñado en seguir cometiendo ese delito, pese a que conoce las funestas consecuencias que tuvo que soportar la mayoría de la población, en varias oportunidades y con altísimo costo.
Sin embargo, pese a las dolorosas experiencias que significaron esos actos cometidos de manera consciente, los círculos conservadores del partido MAS, insisten en pisotear la Carta Magna (a la que consideran como una “Farsa Magna”). Es decir que, continúan en la misma actitud, lo cual significa que el masismo no aprende las lecciones que da la historia. Un recuento de esa conducta, confirma que a los infractores no les interesa respetar, ni mucho menos, lo que dictaron por propia voluntad y que juraron cumplir y hacer cumplir.
Primero fue el caso de hacer adquisiciones estatales y obras sin la previa convocatoria a licitación, lo cual sirvió para hacer gastos onerosos y derroches ilimitados. Por ello aparecieron en gran cantidad empresas públicas, consideradas, por ser deficitarias, como “elefantes blancos”, en otras palabras, sin dejar beneficio para el país. Y las compras sin previa evaluación fueron por miles de millones de dólares. Es más, esa forma de gobernar fue explicada por Evo Morales Ayma, al decir “yo le meto nomás. Después que arreglen mis abogados. Para eso les pago”.
Enseguida, Morales convocó al referéndum del 21 de febrero de 2016, esperando que la población respalde su decisión de ser reelegido para gobernar nuevamente. Lo peor es que juró que cumpliría con el resultado de esa consulta popular, lo que no hizo. Es que, como el resultado de esa elección no lo benefició, lo rechazó sin el menor escrúpulo, de plano dijo que era “mentira”. Es más, apoyado en una determinación del Tribunal Constitucional Plurinacional que establecía que Morales tenía el “derecho humano” a ser reelegido, se presentó como candidato y recurrió al fraude electoral para hacer cumplir su voluntad. Como así Morales quiso quedarse en la silla presidencial, una insurrección popular lo expulsó del poder y lo puso en fuga hacia México.
No obstante, el actual gobierno del MAS, presidido por Luis Arce Catacora, sigue intentando ultrajar la Constitución Política, dictando decretos violatorios de los derechos humanos, antidemocráticos y otros y actúa como Evo Morales, lo que recuerda una sabia sentencia: “Tanto va el cántaro al río que por fin se rompe”.