Bolivia se enfrenta al enorme desafío de una doble transición: energética y fiscal para disminuir su dependencia a los hidrocarburos, lecciones que deberían ser aprendidas también para el litio, según el analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez.
El experto indicó que en el caso boliviano, se ha generado doble dependencia. El 81% del consumo de energía depende de los hidrocarburos, así como el 92% de energía primaria. El principal combustible de consumo es el diésel, seguido del gas natural y en tercer lugar, la gasolina.
El origen de la doble dependencia viene a raíz de la política hidrocarburífera de 2005.
“Bolivia desarrolló enorme dependencia fiscal” en base a la explotación de los hidrocarburos, en especial del gas, que se explota para vender al exterior y al mercado interno para obtener regalías y el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).
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