domingo, febrero 23, 2025
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Del exceso al déficit

Bolivia ante la posibilidad de importar gas natural

> El declive en la producción nacional del energético llevará al país hasta el 2028 a convertirse en importador del combustible, lo que influirá también en el gas licuado de petróleo.

Bolivia, históricamente un importante exportador de gas natural, se enfrenta a la inminente posibilidad de convertirse en importador neto del combustible, dijo a EL DIARIO el exministro de Hidrocarburos y analista, Álvaro Ríos.
“La producción nacional de gas natural ha disminuido drásticamente, pasando de cerca de 61 millones de metros cúbicos diarios en 2014 y 2015 a solo 25 millones de metros cúbicos día. Esta caída se debe principalmente a la falta de exploración y reposición de reservas”, sostuvo el analista en temas hidrocarburíferos en entrevista sostenida con el Decano de la Prensa Nacional.
Consultado sobre las causas y consecuencias de lo anterior, Ríos sostiene que “en casi los 20 años de gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS) nos ha llevado a una política energética fallida y gran parte de los problemas económicos que tenemos se asientan en este modelo energético fallido que actualmente permanece”. “La crisis energética se origina en la ausencia significativa de inversiones en exploración durante las últimas dos décadas”, agregó.
“La falta de nuevos descubrimientos ha llevado a que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) no logre reponer las reservas agotadas. Como resultado, se proyecta que para 2027, la producción caerá a 13 millones de metros cúbicos diarios, justo en el límite de la demanda interna, lo que obligará a Bolivia a importar gas natural para satisfacer sus necesidades”, aseguró.
IMPACTO ECONÓMICO
“La transición hacia la importación masiva no solo implicará costos financieros elevados, sino que también afectará directamente los bolsillos de los consumidores bolivianos. Se estima que Bolivia podría necesitar importar hasta 6.000 millones de dólares para importar energía para 2030, lo que significa un cambio drástico de los 6.000 millones de dólares que el país exportaba hace apenas 15 años. Esto representa un desafío significativo para la economía nacional, ya que el costo del gas natural en el mercado internacional es considerablemente más alto”, explicó.
Ríos puntualizó que “el 2014 y 2015 exportábamos 6.000 millones de dólares y 15 años después vamos a importar esa cantidad; pero el problema es con qué vamos a importar y esa es la pregunta que debe responder el gobierno del Movimiento al Socialismo y la innumerable cantidad de candidatos a la presidencia que vienen peleándose para llegar a ese cargo. ¿Cómo van hacer para abastecer al país mientras se hace exploración que dura hasta siete años?”.
Bolivia hace varios años experimenta un declive continuo en la producción de petróleo y condensado, que también cayó, proyectando para finales de este año aproximadamente 23.000 barriles diarios, lo que refleja una caída estrepitosa en comparación con los 10 años anteriores.
La exploración es prácticamente inexistente, tendría que ocurrir un milagro para que podamos reponer reservas con un pozo que se está perforando y otro que está siendo planificado, entonces y aún con eso, si fuera exitoso, recién vamos a ver los resultados de aquí a 5 o 6 años.
Si se proyecta toda la curva de declinación a finales del 2027 vamos a estar produciendo 13 millones de metros cúbicos de gas día, que es exactamente la demanda del mercado interno, para las térmicas, industrias, comercios, vehículos, domicilios y para las plantas de urea y del Mutún. Esto quiere decir que a principio de 2028, a no ser que algo mágico ocurra, vamos a comenzar a importar gas natural, ese que va a la planta de urea, domicilios por tubería y eso es irreversible, ya no hay tiempo para que evitemos la importación.
GAS LICUADO DE PETRÓLEO
El entrevistado añadió que “el gas licuado de petróleo (GLP) que se distribuye en garrafas, junto con el condensado y gas natural ha estado cayendo, porque si cae la producción de gas natural cae la de gas licuado de petróleo y este 2025, en algún momento, vamos a comenzar a importar GLP, esto quiere decir que debemos preparar infraestructura para importar, almacenar y distribuir lo que se importe, y lo más importante, se deben buscar los recursos para sumar a los de las importaciones de gasolina y diésel que ya tenemos. Esto no es nuevo surgió hace dos años”.
Actualmente, el 85% de diésel que se consume en el país es importado, igual que el 55% de la gasolina.
Para revertir esta situación crítica se necesita inversión privada, abrir oportunidades para inversores extranjeros podría acelerar nuevos descubrimientos petroleros, además de una real diversificación energética que implique promover fuentes renovables podría ayudar en transiciones futuras y cambiar políticas restrictivas actuales podría mejorar la eficiencia sectorial.
Sin embargo, estas medidas enfrentan resistencias políticas debido al impacto potencial sobre sectores vulnerables, dependientes actualmente del modelo vigente.

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