Ante el incremento de la crueldad y los hechos de violencia en el país, el obispo de El Alto, Giovani Arana, hizo un llamado a las autoridades para que brinden mayor seguridad a la población como un “regalo” para Bolivia por su Bicentenario, aunque advirtió que la justicia debe apuntar a ser más reconstructiva, en vez de ser “justiciera” y enfocada en encarcelar personas.
“A las autoridades les hacemos un llamado para que sean capaces de brindarnos seguridad. Que uno de los regalos por el Bicentenario que vamos a celebrar sea tener una Bolivia más segura, donde cada uno se sienta tranquilo en su convivencia diaria”, señaló Arana ayer en su homilía dominical, en la Basílica Menor de San Francisco.
Arana reflexionó que el aumento de los niveles de violencia en los últimos días, reflejado en el asesinato armado de un policía cruceño en manos de sicarios que luego huyeron de la justicia, no puede dejar indiferente a la población, pero que debe también preocupar al Estado que es el responsable de garantizar la seguridad ciudadana.
“No es posible que el incremento de la violencia junto a la pérdida de vidas no nos diga nada. Los primeros en preocuparse deben ser nuestras autoridades, ya que son los encargados de garantizar una convivencia pacífica y segura”, remarcó.
Por otra parte, recomendó a los fieles adoptar un estilo de vida basado en el respeto al otro, el diálogo y la reconciliación, en una sociedad donde todos puedan pensar diferente sin temor de recibir represalias, “venganzas ni revanchismo”, pues la población también debe preocuparse por esta situación.
No obstante, considerando la crisis judicial y la crítica situación de las cárceles en Bolivia, Arana pidió que “seamos todos capaces de construir una sociedad justa y no justiciera”, poniendo la misericordia como estilo de vida a ejemplo de Jesús.
El sacerdote subrayó que la cantidad de hacinamiento en centros penitenciarios no contribuye a que la delincuencia y la violencia disminuyan, sino todo lo contrario, ya que constantemente se informa que desde las cárceles se siguen gestando crímenes.