Iniciativas privadas e incapacidad oficial

Es altamente plausible que desde la población surjan varias propuestas para salir de la aguda crisis que vive Bolivia, como efecto del irresponsable manejo gubernamental de la economía nacional.
Pero esa iniciativa pública es más notable, desde el momento en que el gobierno del MAS (Movimiento al Socialismo) y sus gerentes han perdido la facultad de solucionar los problemas que sufre el pueblo y se ha dedicado a derrochar ilusiones o anunciar medidas de mínima cuantía, que no solucionan la difícil situación actual del país (o en realidad no se quiere resolver). Ese vacío de iniciativas oficiales es más ostensible desde el momento en que el régimen “masista”, que se encuentra en la cuerda floja, en vez de atender grandes asuntos se dedica a juegos infantiles y a entregar a como diese lugar las riquezas naturales de todos los bolivianos.
En cuanto a la iniciativa popular para sacar al país del fondo del precipicio, se destacan los ciudadanos cruceños que han dejado en el último lugar de la fila la palabra del gobierno de Luis Arce. En efecto, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) expuso su diagnóstico del estado de cosas en que se encuentra el país y apuntó al gobierno por las suspensiones a las exportaciones de productos. El año pasado se restringió la salida del aceite, ahora de la carne y sigue el grano de soya. Ahora se suma la disposición séptima del Presupuesto General del Estado que establece decomisos.
Es calificada como una norma confiscatoria, que atenta contra la seguridad jurídica que necesita el sector agropecuario para seguir produciendo, lamentó el nuevo titular de la CAO, a tiempo de manifestar que uno de los desafíos que tiene su institución para la presente gestión es salir de la crisis económica en la que se encuentra el país y que los agropecuarios sean liberados de las políticas restrictivas que aplica el Gobierno.
También algunos economistas, intelectuales y parlamentarios han formulado medidas para solucionar problemas como la falta de dólares, mejorar el presupuesto, evitar la fuga de divisas e inclusive cambiar sustancialmente la orientación económica del país. Inclusive alguno de ellos afirmó que un cambio sustancial de gobierno, permitiría acabar con el caos y reconstruir la Nación boliviana.
Sin embargo, esas sugerencias económicas no son suficientes, ya que solo atienden los efectos y no las causas. Ven la peca, pero no la cara y derivan en conclusiones que, en vez de arreglar la situación, la agravan. Por ejemplo, sostienen que el arreglo consiste en exportar granos, pero olvidan lo grande, es decir las violaciones al derecho de propiedad de la tierra, que verdaderamente afectan el progreso de la economía agraria, no solo de Santa Cruz, sino de toda Bolivia.
Lo mismo ocurre con sugerencias de otros sectores, que han perdido la perspectiva histórica, pues solamente ven lo pequeño, lo provinciano, no lo nacional. En cuanto al gobierno, en esta materia exigirle soluciones es como “pedir peras al olmo”.