Más de 12.000 militares participaron ayer en el desfile en la Plaza Roja de Moscú por el Día de la Victoria, en conmemoración de la entrada del Ejército Rojo a Berlín el 9 de mayo de 1945, para derrotar al nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
Asimismo, hubo en esta ocasión un convoy mecanizado compuesto por casi 200 unidades de equipo militar y 76 aeronaves.
La exhibición aérea, que estuvo a punto de ser cancelada por el mal tiempo, contó con la participación de 76 aviones y helicópteros: entre ellos un bombardero estratégico Tupolev Tu-160 escoltado por cuatro aviones de combate Sukhoi Su-35S, otro Tu-160 con el avión nodriza Ilyushin IL-78 simulando una operación de reavituallamiento en el aire, los MiG-31K portamisiles hipersónicos Kinzhal y los cazas de quinta generación Su-57.
El punto final lo marcaron el llamado “diamante de Kúbinka”, una alineación de nueve Su-30SM y MiG-29 pertenecientes a los grupos de acrobacia aérea Rússkie Vitiazi (Guerreros Rusos) y Strizhi (Vencejos), y una bandera de Rusia dibujada en el cielo por seis aviones de ataque a tierra Su-25.
Vladímir Putin, líder del Kremlin ha prevenido, durante su discurso, a sus rivales geopolíticos de que el Estado ruso defenderá «de forma firme» sus «intereses nacionales» y proveerá «la seguridad» de su «pueblo».
En un mensaje de marcado tono militarista, como viene siendo habitual en los últimos años en esta fecha tan señalada en el calendario local, el presidente Putin ha sacado pecho de la potencia del Ejército ruso, al que ha atribuido la función de garante de la soberanía de su país frente a un Occidente al que percibe como agresivo. «La garantía de todo esto es el valor de las Fuerzas Armadas de Rusia, herederas de los soldados de la Victoria», ha subrayado. Además, Putin ha arremetido de nuevo contra lo que denominó intentos de «reescribir» la historia, en un momento en que instituciones como el Parlamento Europeo han condenado por igual los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios nazi y comunista, antes y durante la contienda mundial, a los que responsabilizó de asesinatos en masa, deportaciones y genocidio.
La tensión de los últimos años entre Rusia, por un lado, y EEUU y la UE por otro no cesa de aumentar. Recientemente, el despliegue de un impresionante dispositivo militar en las proximidades de la frontera con Ucrania ha tenido al mundo en vilo durante semanas, ante la posibilidad de que el Kremlin se lanzara a una nueva aventura bélica en el país vecino.
Al igual que el año pasado, cuando los festejos se vieron muy deslucidos por la pandemia de covid-19, en esta ocasión también han sido cancelados todos los conciertos populares y actos multitudinarios, incluyendo la denominada “Marcha del Regimiento Inmortal”, un evento en el que las autoridades invitan a los ciudadanos a desfilar tras la parada militar portando retratos de familiares y antecesores que hayan participado en la contienda mundial. Pese a ello, decenas de miles de ciudadanos se concentraron en el centro de Moscú portando medallas, banderas, y vestidos muchos de ellos con uniformes militares. (Agencias)
Día de la Victoria con multitudinario desfile
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