En medio de una crisis por falta de combustibles que indirectamente ocasiona mayor congestión vehicular en las calles de La Paz, se evidencia la ausencia total de efectivos policiales de Tránsito en labores de control y ordenamiento vehicular.
Las filas de vehículos en espera de abastecerse de combustible persistieron ayer desde tempranas horas de la madrugada, ocasionando en el transcurso del día largas filas que se extendieron por cuadras y cuadras alrededor de los surtidores.
Como corolario a este problema que resulta insostenible para el país, ante las demandas sectoriales al Gobierno de brindar soluciones urgentes, se suma la congestión vehicular que ocasionan las filas debido a que las estaciones de servicio suelen colindar con las principales vías del centro paceño.
Según pudo constatar EL DIARIO, la congestión vehicular en el centro paceño se extendió por varias avenidas de las zonas de San Pedro y Sopocachi durante la jornada de ayer, vías donde decenas de conductores esperaban su turno para cargar los tanques de sus motorizados.
Asimismo, este medio de prensa evidenció la ausencia total de elementos policiales regulando y controlando el flujo vehicular, como corresponde a las labores de la repartición de Tránsito. Mientras las filas propiciaban aún más el ya congestionado tráfico del centro paceño, ni un funcionario de la institución del orden fue visto realizando estos trabajos de control y prevención.
Por si el perjuicio al transporte y la economía nacional resultara insignificante con el desabastecimiento de carburantes, la congestión vehicular resultante –más aún en ausencia de presencia policial– incrementa el riesgo de incidentes y accidentes de tránsito entre semovientes, pues obligan a la ciudadanía a movilizarse bajo mayor descontento, presión y estrés, lo que la expone a sufrir percances como colisiones, atropellos y todo tipo de imprudencias, tanto a quienes están al volante como a los que se movilizan a pie o en medios de transporte alternativos.
POLICÍA ES “MEGANEGOCIO”
Recientemente, la criminóloga y experta en temas se seguridad, Gabriela Reyes, manifestó que gran parte del personal de la Policía prefiere sentarse en sus oficinas y esperar la llegada de ciudadanos infractores para cometer extorsiones y procurar sobornos, en vez de salir a las calles a realizar labores de prevención y control vehicular, ilustrando así el poco interés de la institución en velar por la seguridad y la vida de la población.
“El grueso del personal de Tránsito permanece en oficinas, esperando infractores para extorsionar. El ámbito represivo (de las multas) es más rentable que estar en la calle haciendo prevención, la que debería ser la principal actividad del policía en este ámbito”, publicó Reyes en sus redes sociales.
En convergencia con estos criterios, el abogado y exfiscal cruceño experto en seguridad, Jaime Solíz Phiel, propuso una reestructuración profunda de la Policía ante la “grave y profunda desorganización” que aqueja a esta institución. Considera que la Policía quedó transformada en un “meganegocio” donde sus efectivos se dedican a extraer dinero de las personas, dejando de lado labores de control y fiscalización del tránsito.
“La Policía de Tránsito se ha convertido en un ‘meganegocio’: están metidos en el negocio de las grapas, de todo lo que implica esto de las multas e infracciones. Han dejado de lado el tema de la fiscalización y eso es un grave error”, puntualizó en declaraciones a EL DIARIO.

Créditos: APG