Muy diferente a la diplomacia de los pueblos, que se supone conduce nuestra Cancillería desde que el Movimiento al Socialismo asumió el poder, incluyendo los múltiples traspiés sufridos hasta la fecha, constatamos que más que una política de esa índole se ha dedicado a llevar una diplomacia pueblerina que, con vocación de tractorista, va demoliendo todo rastro de las relaciones tradicionales que Bolivia mantuvo con muchos países del orbe.
Dicha fiebre rupturista se inició un 12 de septiembre de 2008, cuando el entonces presidente Evo Morales expulsó al embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, declarándolo persona no grata en Bolivia.
Un año más tarde de la expulsión de Goldberg, y siguiendo obsecuentemente las disposiciones diplomáticas que por entonces asumía de su inspirador venezolano Hugo Chávez, decidió romper relaciones con Israel, aduciendo su solidaridad con el pueblo palestino, por el ataque que éste sufría en la franja de Gaza anunciando que sentaría una demanda ante la Corte Penal Internacional contra el presidente de Israel, Simón Peres, y su primer ministro, Ehud Olmert por genocidio, añadiendo que “los crímenes del Gobierno de Israel afectan la estabilidad y paz mundial y han hecho retroceder al mundo a la peor etapa de los crímenes de lesa humanidad que no se habían vivido sino en la Segunda Guerra Mundial”.
Con semejante fuente diplomática, de cuyas aguas pareciera haber bebido la exparlamentaria Lidia Patty, recién hoy nos explicamos la fallida demanda a Chile en 2013, ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, buscando obligar a los rotos, a negociar «de buena fe» la salida «soberana» de Bolivia al mar. Fuimos por leche y salimos ordeñados, la Corte falló por 12 contra 3 votos, concluyendo que: “Chile no contrajo la obligación de negociar un acceso soberano al mar para el Estado boliviano«, fallo que leyó el juez Abdulqawi Ahmed Yusuf.
Es preciso señalar que todas estas epopeyas diplomáticas contaron con el apoyo incondicional del ex canciller y actual vicepresidente, cuyo perfil metafísico se detuvo en el sexo de las piedras; en el poder afrodisiaco de la papalisa; y en el giro contrapuesto a las manecillas de un reloj, o sea, más bajo que el nivel del mar.
La participación del presidente en la Asamblea General de las Naciones Unidas acusando a la Unión Europea de estar involucrada en un supuesto golpe de Estado, está generando todavía agrias reacciones. Asimismo, la grave acusación de la participación del embajador del Brasil y también de la Iglesia Católica.
Sin ruborizarse, el mandatario afirmó que el representante de la UE jugó un papel nefasto. Luego, en una entrevista de prensa dijo: “Yo lo viví; estuve allí. La Iglesia. Estaba el embajador de Brasil en la reunión donde estaba toda la derecha golpista y estaban por elegir a quien iba a ser el próximo presidente. ¿Qué tiene que hacer el embajador de Brasil en la definición del próximo presidente?”. Es de suponer que semejantes acusaciones no caerán en saco roto, pues los países e instituciones nombradas, que estaban por aceptar la inédita “Diplomacia de los pueblos”, no conocen ni practican la Diplomacia pueblerina.