Mediante un comunicado conjunto emitido por la excanciller Karen Longaric y el exembajador Jaime Aparicio, se cuestionó la determinación de la CIDH por considerar que se trata de una medida política antes que jurídica, misma que antepone afinidades ideológicas antes que la defensa de los derechos humanos en el sistema interamericano.
Esta determinación emite un mensaje para que gobiernos autoritarios queden libres de cometer abusos, en tanto conserven fachadas democráticas y comulguen ideológicamente con los comisionados de la CIDH.
Señalan que se sienta un peligroso precedente para toda la región, pues se incumple con el rol de defensa de los derechos humanos y afecta la credibilidad.
Exdiplomáticos ven corte político en fallo de CIDH
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