Al asumir el gobierno, por declaración del Vicepresidente, se formuló el compromiso de que el régimen cuidaría que la paz y concordia entre los bolivianos serían efectivas permanentemente y que no habría razones para discordias y divisiones que, podría considerarse, eran errores pasados que no deben repetirse, que llegó el tiempo de que “todos los bolivianos vivamos en paz y armonía si efectivamente queremos superar los males que nos aquejan”. Palabras que el pueblo aplaudió porque es consciente de la urgencia de vivir en tranquilidad y constructivamente, en armonía que no debería perderse en ningún momento, estar de acuerdo sobre todos los tópicos que interesan al pueblo si efectivamente queremos salir de la pobreza y el atraso que hasta ahora han hecho mucho daño al país.
Empezando por el candidato perdedor de las elecciones y de los políticos de todo el país, hubo expresiones y deseos para que el presidente Luis Arce comprenda perfectamente la intención enunciada por el Vicepresidente y que no sean simples palabras expresadas al calor de las circunstancias; el pueblo, consciente de sus urgencias y necesidades, muchas veces se ha visto obligado a aceptar sumisamente simples promesas que nunca se cumplieron. Pero cualquier oferta no cumplida por las autoridades siempre han tenido una especie de rebote y han sido las autoridades las principales víctimas de incumplimientos y ofertas que deberían ser realidad, pese a las condiciones de pobreza y dependencias en que el país sigue debatiéndose. Y es necesario recuperar lo perdido en momentos de auge financiero que, casi son seguridad, nunca se repetirán porque han sido únicas oportunidades debido a los precios internacionales del petróleo y del gas, que han tenido subidas excesivas y permitieron que todos los países productores alcancen beneficios financieros que les permita combatir efectivamente al subdesarrollo, emprendiendo y realizando obras de real necesidad que, sensiblemente, no se cumplieron.
Pese a las vicisitudes por las que se pueda atravesar, es absolutamente necesario que condiciones de paz, concordia y tranquilidad haya en todo el país, que las diferencias sean allanadas y que terminen las acciones punitivas contra políticos y ex gobernantes que, si efectivamente se prueba con el tiempo que han cometido faltas o errores, sean los tribunales de justicia los que concluyan en juicios, pero terminando todo lo que se hace en contra de presuntos culpables, incluyendo violación a los derechos humanos que hasta la comunidad internacional ha condenado. Es, pues, misión y obligación del gobierno superar diferencias y actuar conforme a los principios de justicia y sentimientos que el respeto a derechos humanos obliga, en aras de la concordia y tranquilidad que deben reinar en todo el país.
Es urgente contar con paz social
- Advertisment -