El libro de reciente aparición, titulado “Cartas, arengas y proclamas del Gral. Melgarejo”, hace grandes revelaciones acerca de la personalidad del autócrata que gobernó el país seis años, entre 1864 y 1871.En particular, confirma que ese personaje sabía leer, escribía con letra palmer y auspiciaba edición de libros de historia de Bolivia. Entre otros datos, destaca que nació en el Toco, en el valle alto de Cochabamba, y no en Tarata como afirma la historia oficial.
El libro, escrito por el periodista e historiador Luis Antezana Ergueta, comprende una recopilación de documentos publicados en su época y cuya autenticidad es debidamente confirmada. En primer lugar, publica el certificado de bautizo del ex mandatario, suscrito por el párroco de San Miguel de Toco, teniente cura Miguel Torrico, “a los tres días del mes de abril de 1820”, quien “puso óleo y crisma a Manuel Mariano, español del día, hijo natural de Lorenzo Valencia e Ignacia Melgarejo, vecinos de Tarata”.
En segundo término, publica carta autógrafa y la fotocopia que envió a Potosí, el 1 de abril de 1865, al general Juan Sánchez, explicando su retorno a La Paz el 27 de marzo de ese año, derribando las barricadas que levantó el pueblo paceño para evitar el retorno al poder del golpista y, enseguida, relata cómo ocurrió la muerte de Manuel Isodoro Belzu, en el Palacio de Gobierno, crimen que, según Melgarejo, el autor del crimen fue un soldado “que disparó por encima de mi hombro, que perforándole el cráneo lo dejó sin vida”.
Otra dramática carta, también firmada por Melgarejo y cuyo texto publica en este libro Antezana Ergueta, es la que escribió con motivo de la dramática fuga a Perú, que protagonizó cuando fue derrocado del poder el 15 de enero de 1871. Esa carta fue escrita en Puno el 27 de enero de ese año, a su amigo José Santos de Ossa, en la que explicaba con lujo de detalles cómo galopó de La Paz al Desaguadero perseguido por miles de indios que querían darle muerte, –por haberles quitado la propiedad de sus tierras–, de la que se salvó solo a fuerza de dar muerte a muchos de ellos.
A parte de esos documentos inéditos, el autor de este libro (Editorial Themis, Librería Jurídica. La Paz), publica otras cartas, una de ellas al ex presidente Adolfo Ballivián con revelaciones políticas de interés y hasta dice que Melgarejo escribió una biografía sobre ese personaje.
El libro que comentamos, además de unos 50 documentos de autoría de Melgarejo, recoge detalles de su vida cuando cayó del gobierno y se refugió en Chile para cobrar emolumentos de General del Ejército chileno, que le había dado ese grado en retribución por servicios recibidos. Con esos fondos organizó un golpe en Santiago de Chile con ayuda del gobierno, aunque el fracaso fue estrepitoso, lo dejó en la miseria y obligó a viajar hacia la muerte en Lima.
Otra carta notable fue la que envió a Juan Muñoz Cabrera, acerca del Tratado de medianería con Chile, en la que afirma: “En homenaje a la verdad, todo, en su mayor parte, del Tratado, es obra del Sr. Vergara Albano”, así como otros documentos firmados con su puño y letra. A todo ello hay que agregar que este libro de referencia publica, anexa las explicaciones acerca de hechos de violencia que protagonizó, como las masacres de indígenas en Huaychu (hoy Puerto Pérez), Achacachi y otros lugares, ni qué decir de la toma por asalto de la ciudad de Potosí, la matanza al pueblo potosino, el intento de prender fuego a Cochabamba y los asesinatos de opositores y colaboradores.
El importante libro documental del escritor Antezana Ergueta culmina la cadena de documentos, algunos inéditos, con lujo de detalles acerca de los últimos días y aun horas que precedieron la muerte del autócrata en Lima, Perú, el 23 de noviembre de 1871, víctima de dos disparos que le hizo su cuñado, Aurelio Sánchez, cuando fue a cobrar unas ayudas económicas que había hecho a la madre de Juanita.
Este libro de Antezana Ergueta puede ser considerado como un aporte de gran valor para estudiar no solo el gobierno y la personalidad política de Melgarejo, sino las características de la época. Sobre tales aspectos, el autor comenta que “la historia de Bolivia tiene grandes fallas y no sólo hay que pensar en revisarla, sino escribirla de nuevo, en especial al cumplirse los doscientos años de su existencia, aunque se choca con la indiferencia oficial y de historiadores tradicionales que se no se interesan en ese cambio , sin darse cuenta que esa rancia historia tergiversada es enseñada a los niños que, cuando crecen, se dedican a política para aplicar esas enseñanzas y llevar al país al caos”.
Finalmente, es posible afirmar que libros de esta naturaleza, destinados a poner en claro la historia nacional y la actuación de sus protagonistas, deben merecer la atención estatal y privada, tanto por su originalidad como por su valor aclaratorio.
Mariano Melgarejo nació en Toco, sabía leer y escribir
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