martes, septiembre 3, 2024
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Colonialismo y descolonización

A quienes nos hemos educado en la cultura occidental de origen judeo-cristiana, greco-romana, el 12 de octubre de cada año solíamos recordar el hecho de la llegada de los españoles a América. Ese día fue declarado “día de la raza”, pues de la colonia se dio un nuevo grupo humano, el mestizo que cultiva las culturas hispana e indígena y que son la mayoría de los habitantes de América Latina.
En Ciencia Política se entiende por colonia a un territorio conquistado, ocupado y adherido a un poder externo al ocupado, en el que se extiende la cultura del colonizador. Precisamente un 12 de octubre de 1492 llegó a América Cristóbal Colón y a esta parte del Alto Perú llegaron los españoles alrededor de 1530.
Los españoles trajeron a América y a sus otras colonias, como Filipinas, su rico idioma, el español o castellano (del reino de Castilla), considerado por los lingüistas uno de los más ricos por su amplísimo contenido idiomático, y que hoy hablan más de 500 millones de individuos. Nos trajeron una religión, la Católica y Cristiana que siguen más de 3.000 millones de individuos en el mundo. La cultura de occidente originada en la extraordinaria filosofía griega y la práctica romana. El uso de hierro, la rueda, la escritura y lectura, la ciencia europea de los atisbos del Renacimiento y otros conocimientos importantes.
Es evidente que, en lo político, los españoles llegaron con las ideas más atrasadas que estaban ya siendo superadas en los reinos de Europa, el “feudalismo” y en consecuencia se repartieron tierras y hombres con el repartimiento y la encomienda, que dio lugar a un cuadro de explotación humana y que perduró hasta la Revolución Nacional. Además de una ambición desmedida por el oro y la plata que alimentó las arcas del reino de España.
Las corrientes indigenistas proclamadas por el régimen de gobierno populista que hace quince años nos gobierna, son más bien colonialistas y de corte racista, pues fueron los colonizadores que pese a las normas dictadas en España, que todos los habitantes de las colonias eran considerados súbditos del reino y en consecuencia con derechos, diferenciaron a los españoles, superiores para colonizar y los indígenas inferiores para ser colonizados, de donde el indigenismo resulta una construcción social colonial.
Hoy los sostenedores del “indigenismo” y la descolonización, desde el poder político, replican los argumentos coloniales, “nosotros los indígenas superiores, ustedes los blancoides y mestizos inferiores”. El ex presidente Evo Morales dijo varias veces que la cultura de occidente era la cultura del mal y de la muerte y la de los indígenas (reserva moral del mundo) la cultura del bien. Un ex viceministro de Descolonización del gobierno de Morales rechazó como embuste la Navidad, la religión católica-cristiana y todo lo que trajeron los europeos con la conquista.
La cultura occidental es considerada como una de las más ricas en todas sus vertientes: filosóficas, científicas, políticas, económicas etc., y prueba de ellos es que el que fuera restaurador de la República Turca (1923), Kemal Ataturk, introdujo severamente la cultura de occidente y el dirigente chino Deng Xiao Ping hizo lo mismo en la China post Mao Zedong, con resultados extraordinarios. Lo que no significa que algunos rasgos culturales de los pueblos indígenas no sean valorados.
Una cosa distinta es el neocolonialismo, es decir la dependencia absoluta de los países atrasados, de las economías de los países ricos del mundo, que con pocas excepciones ha sido superado.
Ya la Revolución Nacional, al incorporar a los campesinos-indígenas (en ese tiempo mayoría poblacional) a la condición de ciudadanos con iguales derechos y obligaciones con el Voto Universal y la Reforma Agraria, buscaba, además de una medida reivindicativa de los indígenas, la creación del Estado Nacional Boliviano, que con el plurinacionalismo del populismo-masista fue interrumpido, con grave daño a una medida histórica que es parte del desarrollo de los pueblos.
Lo cierto es que la mayoría de la población en América hispana y en casi todo el mundo, es mestiza, es decir que tiene su origen en varias culturas y grupos humanos, pues a pesar de los enemigos de la globalización, vamos a paso firme a ser en el futuro ciudadanos del planeta tierra.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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