martes, septiembre 3, 2024
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La pionera obra de Carlos Bridoux en Bolivia

Aventurero, empresario y minero, pasó a la historia junto a Enrique L. Doignan por realizar el primer acto de extensión de la revolución de vapor en la explotación forestal en Bolivia.
De nacionalidad francesa, se desconoce casi todos los datos biográficos de Carlos Bridoux. La primera noticia que tenemos de este personaje data de 1844, cuando fue designado agente de la sociedad colonizadora ‘Franco-Boliviana del Mamoré’, establecida en Cochabamba. Encargado de invitar a socios de otros departamentos, también fungió como comisionado de convidar a otras sociedades para que se dirijan al Gobierno boliviano con el fin de alcanzar los mismos privilegios alcanzados por la sociedad franco-boliviana.
Posteriormente, en 1851, el gobierno de Manuel Isidoro Belzu le concesionó doce leguas cuadradas de terrenos en la comarca de los Yuracarés, con el término de cinco años, bajo la condición de reversión.
Recordado por el célebre explorador William Lewis Herndon en su obra “Exploración del Valle del Amazonas”: “el señor Bridoux eligió sus tierras cerca del puerto de Vinchuta. Este caballero fue muy amable con la expedición en Cochabamba. Estamos en deuda con él por su esmero personal en su hospitalaria casa”. Consecutivamente, nuestro personaje estudioso e inspirado en las obras de Haënke, d’Orbigny, Bredger, Castelnau, Mauri y Gibbon, elaboró el destacado documento: “Productos encontrados sobre los ríos navegables, Beni, Guaporé o Itenes, Magdalena, Piray, Mamoré, Río Grande, Securé, Chimoré, Chaparé, Sn. Mateo”, fechado en julio de 1854, publicado en la “Gaceta del Gobierno”, en Cochabamba, en julio de 1859. Dividido en productos e importaciones, Bridoux enfatizó: “Bolivia es un país nuevo que puede ofrecer al comercio del mundo un campo inmenso para especulación; es, en efecto, uno de los países más extraordinarios del mundo, bajo todos aspectos: la navegación de sus ríos creará maravillas”.
Pero fue mediante la resolución del 1 de agosto de 1856, que se le concedió a él y a su socio Doignan el privilegio exclusivo por cinco años de emplear una maquina a vapor “para aserrar i cortar madera empleando el móvil del agua”, señala dicha norma. De esta manera, realizó el primer acto de extensión de la revolución de vapor en la explotación forestal en nuestro país, mientras la amonedación a vapor fue realizado recién en diciembre de 1869, en Potosí.
Por otro lado, en 1863, como miembro de la ‘Sociedad de Colquechaca’, se le otorgó permiso para exportar mil marcos de plata para la compra de una máquina de vapor, para extraer el agua de las minas de Oruro.
Olvidado por la historiografía, a través de esta nota damos a conocer la figura de Carlos Bridoux y su obra en nuestro país.

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