miércoles, septiembre 4, 2024
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¿Dónde están los aprendizajes por la pandemia?

Sin duda la pandemia marcó un antes y un después en todos los ámbitos. Hoy nos adentramos en un nuevo año con picos de contagios a nivel nacional, pero más allá de la abrumadora realidad debemos reflexionar y no solo hablar de restricciones, cuarta ola, vacunación infantil y/o la tercera vacuna para visualizar los aprendizajes y desafíos de esta tormenta perfecta.
EL PRIMER APRENDIZAJE. La colaboración es el único camino para resolver los problemas actuales. Sin la colaboración internacional, la comunidad científica no habría podido desarrollar una vacuna en tan poco tiempo y con resultados positivos.
El 8 de abril de 2020, la revista científica Nature decía que “el panorama mundial de I+D de la vacuna covid-19 incluye 115 candidatas a vacuna, 73 de las cuales se encuentran actualmente en fase exploratoria o preclínica”. Pero esta colaboración no solo se ve reflejada en el trabajo de la comunidad científica, sino también en la inversión y colaboración entre los países.
Si bien el mundo está mejorando día a día sus índices de vacunación y cobertura con un 46% de proporción de la población totalmente vacunada contra el covid-19 a la fecha Bolivia no está lejos del promedio mundial con un 37 % (https://ourworldindata.org).
Pero como aprendimos con las vacunas, si la solución llegó de la mano de la colaboración, la pandemia no se resolverá mientras Nigeria, un país con una población de 206 millones de habitantes, apenas tenga una cobertura del 2 % y África en su conjunto del 5 %.
EL PRIMER DESAFÍO. Romper con las interpretaciones y volver a confiar en los datos empíricos o resultados tangibles. De acuerdo con el informe del Jefe de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes) La Paz, Miguel Quispe, las muertes por covid-19 se incrementaron en las últimas semanas y el 90 % de las personas que fallecieron “no fueron vacunados”.
Esta declaración se fortalece con la reducción de la tasa de letalidad (0,8 %) al inicio de esta cuarta ola, mientras que, en la primera ola, cuando no había vacunas disponibles, la tasa de letalidad fue del 6,4 %.
Pero la falta de creencia en los datos estadísticos y la información verificable, no solo rodea a la pandemia del covid-19, está en todos lados, es parte de nuestra “nueva normalidad”.
El mejor ejemplo para graficar esta era de la interpretación son los resultados de las pasadas elecciones legislativas en la República Argentina. El gobierno peronista de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner logró 33,03 % de los votos en noviembre pasado, esta derrota los llevó a ser la segunda fuerza más votada detrás de JUNTOS POR EL CAMBIO que logró 41.89 % de los votos, quienes se posicionaron con grandes expectativas de cara a las elecciones generales del 2023.
Si bien el populismo no es nuevo en Argentina ni en la región, este año, a pesar de los datos oficiales de las elecciones, el peronismo salió a festejar el resultado y lanzó la siguiente conclusión; “Dicen: si perdieron qué celebran, bueno a cada uno de ellos quiero decirles que nunca olviden que el triunfo no es vencer sino nunca darse por vencidos”, resaltó el presidente argentino Alberto Fernández, un día después de las elecciones en una multitudinaria convocatorio para festejar los resultados de las elecciones.
Lamentablemente nuestra visión está sesgada por el Instinto de Negatividad y el Instinto de Urgencia, conceptos desarrollados por el brillante profesor sueco y médico de salud pública, Hans Rosling, que en su libro “FACTFULNESS” nos enseña a interpretar el mundo con base en datos.
El Instinto de Negatividad hace referencia a la tendencia a prestar más atención a las cosas malas que a las buenas. En el caso de la pandemia nos alertamos por las noticias sensacionalistas sobre casos aislados de complicaciones con la vacuna, donde la probabilidad de morir por una afección como esta es tan baja como una entre un millón. Por el contrario, sin la vacunación, el covid-19 mata a una de cada ocho personas infectadas mayores de 75 años, y uno de cada 1.000 infectados sintomáticos con alrededor de 40 años.
En relación con el Instinto de Urgencia, Rosling sugiere combatirlo actuando con calma, con base en información y tomando en cuenta los tiempos de decisión. Sobre la base de su experiencia se debe reconocer cuándo una situación es urgente, y raramente lo es. Para tomar decisiones relevantes se debe “tener mucha cautela con acciones drásticas. Piense en cuáles serían las acciones colaterales (…) En este presente que eliminamos peligros más inmediatos, nos enfrentamos a problemas más complejos y abstractos, que requieren una mayor reflexión y un pensamiento analítico”.
LA CONCLUSIÓN. Todos tenemos derecho a interpretar los resultados y tener distintos puntos de vista, pero quienes nos lideran y toman decisiones importantes para nuestra sociedad tienen la obligación de trabajar con base en datos, resultados e información.

Alejandro Castellanos, boliviano vacunado.

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