martes, septiembre 3, 2024
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Una paz política asegura paz económica y social

Las preocupaciones de la nación por el futuro son de siempre y sobresalen los criterios de que solamente la paz política reinante en una nación permite asegurar y hasta garantizar una paz económica y social; es decir, crear condiciones en las que las tres situaciones contribuyan al desarrollo, crecimiento y progreso del país. Tales condiciones tienen que concadenarse de tal modo que su efectividad se convierta en motor permanente de la gran máquina que podría ser el Estado (país), para que marche coordinada y constructivamente en pos de conseguir el bienestar general del pueblo.
Cuando se habla de política, muchas personas creen que se trata de las organizaciones político-partidarias. Lo cierto es que en la palabra política automáticamente ingresa el comportamiento de todo el funcionamiento nacional, la marcha coherente en lo económico y social, la atención de todo el aparato administrativo. Por todo eso el Gobierno tiene que ser eficiente, honesto y responsable, prácticamente liberado del enemigo común que es la corrupción. Y ello es posible si ese Gobierno ataca decidida y drásticamente a los enemigos comunes –partes sustantivas de la corrupción–, como son el narcotráfico, el contrabando, la evasión de impuestos, el no respeto e incumplimiento de la institucionalidad. En consecuencia, se requiere el funcionamiento justo y cabal de la institucionalidad, la lucha contra la inmoralidad, la desidia y el nomeimportismo; el cada vez más eficiente manejo de los sistemas de salud y educación, el empleo de personal idóneo, capaz, profesional y honrado en toda la administración del país, incluidas gobernaciones, alcaldías, universidades y toda institución estatal, así como también las Fuerzas Armadas y la Policía.
La Contraloría General de la República deberá jugar papel fundamental en todos los campos, porque empezando por los tres poderes del Estado —Legislativo, Ejecutivo y Judicial—, tienen que estar bajo control de dicha entidad. Por supuesto, las instituciones especializadas tendrían a su cargo la vigilancia eficiente del sector privado que, por sí mismo, comprometería su debido trabajo para que se cumpla el plan general de gobierno.
Del funcionamiento de la política, por supuesto, deberán ser responsables los partidos políticos que, como cualquier institución, tienen que cumplir normas muy claras; de todo ese conjunto que es una trilogía se derivaría la eficiencia y eficacia de lo económico-financiero del país. Así, el simple enunciado de la Constitución Política del Estado y las leyes deberá ser el motor que permita el óptimo funcionamiento de un gobierno que sea exigido y controlado por el mismo pueblo a través de las instituciones y el cumplimiento de las normas legales para que se tenga certeza de que el país está debidamente administrado. El tema es diverso y todo su contenido deberá ser estudiado en forma adecuada y responsable para que haya la certeza y convicción de que, si existe paz política, se asegura paz económica y social.

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