Aunque resulte repetitivo, nunca están demás las recomendaciones para mantener el mayor cuidado ante los ataques del virus que causa pandemia. Y es que por abandonar el uso de barbijos y evitar el lavado de manos o por asistir a fiestas o reuniones masivas, se ha dado lugar al aumento de enfermos que requieren atención médica. Las recomendaciones son mayores en estos días porque, pese a prohibiciones, hay preparativos para bailes de carnaval de una parte de la población, irresponsable, a la que no le importa el destino de sus semejantes que estarán expuestos, nuevamente, a contagios de variantes del coronavirus, como delta, ómicron y otros.
Los problemas podrían multiplicarse si efectivamente no hay más vacunaciones y no se cuidan hasta los que han recibido la tercera dosis, puesto que están más expuestos niños, jóvenes y ancianos. No hay otras armas para luchar contra un mal que por primera vez ha causado tanto daño a la humanidad y tiende a no desaparecer, porque encontró terreno muy apto para sus asentamientos y reproducción permanente. Padres de familia, maestros y población en general deben mantener los mayores cuidados en lo que hagan porque hasta simples contactos por aire con otras personas pueden ser factor de contagio.
Más contagios y más muertes se producen en estos días; no obstante, siguen los renuentes negándose a usar mascarillas y sistemas preventivos; algunos, pese a contar con enfermos en sus casas, persisten en evitar a los vacunadores y, lo que es peor: muchos han comprobado la caída de amigos y algunos han fallecido.
Los denominados “anti-vacunas” insisten y hacen propaganda para evitar mascarillas y otros medios que impidan ser depositarios del virus y la consecuencia es que declararon huelgas y paros; las autoridades piden “prudencia” y decidieron a nadie obligar para presentar “carnet de vacunación”; es decir, lo mismo que nada y seguirá el “baile de contagiados”, pero, en muchos casos, teniendo como pareja a la muerte.
La situación se agrava porque, seguramente, los nuevos contagios están a punto de presentarse y, además, habrá incremento de los que diseminen más la enfermedad, dando lugar a un panorama muy peligroso para el pueblo, dada la debilidad de las autoridades que, según parece, temen a que lleguen hasta las “últimas consecuencias” los organizadores de las negativas masivas. Lo cierto es que ¡redoblar cuidados!, especialmente de niños y ancianos, tiene que ser la consigna de estos días.
Es importante reiterar que cuando la autoridad dispone algo referido a la salud, la educación o lo que sirva al bien común, debe ser respetado y quienes tienen que velar por su cumplimiento, que no retrocedan ante las amenazas que hagan quienes se oponen a que se disponga de lo necesario para beneficio del pueblo.