domingo, julio 7, 2024
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No hay quién diga algo

Casi a diario surgen situaciones negativas en el país que dan lugar a un caldo de cultivo entre quienes tienen intereses personales o de grupo, especialmente políticos, lo que llega a turbar la normal convivencia ciudadana. Frente a ello y habida cuenta de que hay de todo en esta Viña del Señor, unos simplemente, quizá impotentes o agobiados con ese contexto, solo atinan a mover la cabeza como señal de una forzada paciencia; en tanto otros echan la culpa a quienes supuestamente nada dicen para ponerle el cascabel al gato, o sea buscar y lograr remedio para esos problemas. Entonces, manifestemos algo.
En las televisoras del exterior se difunde spots sobre la preferencia que deben dar al peatón en las vías públicas los conductores de motorizados y el respeto a las normas de tránsito y señalizaciones. Un mensaje llama la atención, con decir sencillamente: “dale su prioridad al peatón”. Muestra un vehículo que se detiene cuando las personas están atravesando por el paso de cebra, a pesar de que el semáforo esté en verde. Así de simple y concreto. Se vela por la seguridad del peatón. Requerimos ese tipo de mensajes, pues los transeúntes no gozan de “consideración” de los “maestros del volante”, sean del sector público, o particulares; pues actúan cual dueños de calles y avenidas, sin respetar las demarcaciones para peatones, ni los semáforos, aunque estén en rojo, salvo excepciones. Además, el viandante a diario tropieza con una serie de obstáculos, entre ellos los comerciantes constituidos en virtuales propietarios de las aceras públicas que, incluso por “puestos”, son objeto de venta, siendo muy cotizados aquellos que se hallan ubicados en sitios “comerciales”.
A La Paz le fallaron los sucesivos gobiernos municipales, pues nada pudieron hacer contra el “poder gremial”, quizá por las mismas falencias del Estado y los gobiernos de turno, entre ellas la más lacerante: la crónica falta de fuentes de trabajo, que obliga a la gente a engrosar masas de desocupados que luego se unen al gentío de comerciantes callejeros, contrabandistas de ropa usada y otros, o la internación de vehículos “chutos”, fuera de muchos que se sumergen en el mundo de la delincuencia.
Columnistas y periodistas de diarios hacen hincapié en estos y otros problemas y sugieren soluciones, pero la pregunta es ¿cuántas de las autoridades de todo rango y nivel prestan ojos y oídos a todos esos sanos consejos? Otrora, lo que se manifestaba en estos medios era tomado en cuenta de inmediato. Hoy no. Dicen que la burocracia se hace de la vista gorda, o no hay peor sordo que el que no quiere oír. Por otro lado, existen quienes, con una actitud conformista, obrando como si no fuesen sus problemas, exclaman: todo se queda en una noticia, “lo peor es que no hay quién diga algo”. Recorddmos al respecto que la inseguridad, incertidumbre, desempleo, inequidad, injusticia, y todo lo malo que a diario se vive, solo podrá ser frenado con el concurso de toda la sociedad.

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