domingo, julio 7, 2024
InicioSeccionesOpiniónLa revolución se hace ahora por cuentagotas

La revolución se hace ahora por cuentagotas

Numerosas y variadas fórmulas fueron inventadas por ideólogos políticos de “izquierda” para hacer la revolución socialista, pero se puede decir que todas ellas terminaron sin realizarse o fracasaron, pese a que, en algunos casos, se reconoció que estaban equivocadas. Sin embargo, se insiste en repetir el error, lo cual es absurdo.
Para ese cambio, primero se usó la táctica de la Revolución rusa, por medio de las fórmulas de la “revolución permanente” y la insurreccional revolucionaria, aplicadas en 1917, las que, a poco andar, tuvieron grandes dificultades, ya que de la radical línea comunista tuvo que dar pasos atrás y poner en práctica el “capitalismo de Estado”, como fórmula salvadora para salir del embrollo en que se metió y, sobre esa base, reiniciar la aplicación de la tarea política enunciada.
El método por vía la insurreccional lenineana fracasó y, ante la muere del caudillo, su sucesor, el “papito” Stalin, lo echó por la borda y decidió ir por la senda radical absoluta. Pero esta fórmula también se frustró y setenta años más tarde se derrumbó como un castillo de arena, sin dar un tiro, para retroceder a fojas cero.
Ese descalabro hizo ver a los teóricos de turno que dichas soluciones habían fracasado por diversas fórmulas y era necesario revisar la teoría, empezar de nuevo, pero con nuevas recetas. Se descartó las formas de violencia revolucionaria para aplicar, en cambio, fórmulas reformistas, entre otras, tomar el poder por medios electorales o manejos engañosos y, recién entonces, sin violencia, levantar el edificio socialista.
El nuevo sueño consistió en construir el socialismo sin atravesar previamente la etapa la capitalista de desarrollo, en particular en países que se encuentren en estadio pre-capitalista, para saltar, recién entonces, tomado el poder por elecciones, al momento de construir el paraíso socialista.
Sin emgargo, ese modelo teórico falló en un abrir y cerrar de ojos, cuando cayó el muro de Berlín, en el caso de los satélites de Moscú, (Hungría, Polonia, etc.), hace treinta años y que es Imposible reconstruir.
Entre tanto, sabios ideólogos inventaron una nueva forma de hacer la revolución socialista, pero ya no con el proletariado, sino con las masas campesinas, pero, a la larga, los chinos maoístas cambiaron el procedimiento. En efecto, el “gran timonel” perdió el juicio y cayó con su sistema, para dar paso a un experimento que gira hacia el capitalismo.
En el caso de Cuba, también cambió de métodos y acudió no a la revolución obrera, sino a un guerrilla pequeño burgués, que fue sobrepasada por la minoría ideológica que no hizo la revolución. Entonces, la triunfante revolución democrática fue sobrepasada para ir al socialismo sin dictadura del proletariado, algo así como querer hacer arroz con leche, pero sin leche y sin arroz.
Entre tanto, en Venezuela la vía socialista fue por sorpresa que inventó Hugo Chávez, igual que en otros países inocentes, lo que hizo decir que a la mujer y a la nación nunca se les perdona por haber sido abusadas por un truhan.
En Bolivia, donde se sugiere que está en marcha el “cambio” del Siglo XXI, éste se encumbró no sobre la receta científica de la clase obrera, ni la de los campesinos, sino sobre una pequeña burguesía de cocaleros ricos, que derivó en una millonaria elite capitalista, con influencia mundial sobre la base de la anárquica ideología populista. Es más, sus arquitectos no son menos ingeniosos para realizar el objetivo, pues, en síntesis, dicen que lo harán “pasito a pasito” y a largo plazo. Sus fórmulas son sabrosas y, es más, algunos “teóricos” son burócratas extranjeros bien acomodados, inspirados en obsoletos cuentos de hadas.
Su idea de construir el “hermoso futuro” es poco menos que luminoso. Uno de ellos dice que se trata de un fin estratégico con una “transición” que conlleva el “proceso de desmantelamiento gradual pero personal, de las estructuras, poder, intereses, cultura, ideología dominante (burgueses oligárquicos), en economía, en la política, y en la subjetividad de la población”.
Pero tan noble ofrecimiento es tan remoto, como la distancia desde la tierra a la luna, a donde, además, se quiere llegar en bicicleta. Sostiene que el sistema comunitario “avanza paso a paso”, por cuentagotas, muy lentamente, entre escollos visibles e invisibles, pues, “aún existe un largo mucho camino por andar… sin embargo, esos cambios deben ser inducidos de manera consciente, aspecto que no es visible en la estrategia implementada”, o sea seguir soñando.

Artículo anterior
Artículo siguiente
ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES