Las tropas rusas penetraron ayer a la capital ucraniana con combates en varios puntos del país. Rusia ha pedido que Ucrania deponga las armas, entretanto, el presidente Volodimir Zelenski ofrece negociar para detener la guerra.
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha asegurado que en la madrugada de hoy una bomba de racimo impactó a las afueras de un hospital en Vuhledar, en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, lo que causó la muerte de cuatro civiles y dejó diez heridos, seis de ellos trabajadores sanitarios.
“Este insensible ataque ha matado y herido a civiles, y ha dañado un hospital”, sostuvo el director de Armas de HRW, Steve Goose, que ha instado a las fuerzas rusas a “dejar de utilizar” municiones de racimo, así como a “poner fin a los ataques ilegales con armas que matan y mutilan indiscriminadamente”.
DIALOGO
El mandatario ucraniano Volodimir Zelenski ha desmentido ayer, que se haya negado a negociar con Rusia un alto al fuego, ante la disposición por parte de Moscú de enviar una delegación de alto nivel a la capital de Bielorrusia.
“Tengo que negar las afirmaciones de que nos hemos negado a negociar. Ucrania estaba y sigue dispuesta a hablar sobre el alto el fuego y la paz. Esta es nuestra posición constante”, dijo el portavoz Sergii Nikiforov, en su perfil oficial de Facebook, agregando que “las partes están consultando el lugar y hora del proceso de negociación”.
Zelenski ha ofrecido ayer a su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, emprender un proceso de diálogo “para detener la muerte de personas”, poco después de que uno de sus asesores afirmara que Kiev estaría dispuesto a negociar un estatus “neutral” si, a cambio, recibe garantías de seguridad por parte de Moscú, tal y como ha recogido la agencia ucraniana de noticias Unian.
Por otro lado, se informó también que más de 50.000 ucranianos huyeron de su país desde el inicio de la invasión rusa la madrugada del jueves, informó ayer el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi. (AGENCIAS)