martes, septiembre 3, 2024
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Manipulación de comisión legislativa

Las Comisiones de Ética del Legislativo son una repetitiva jugarreta del oficialísimo con la oposición. Cada legislatura ofrece ese panorama sin que, en los ahora 15 años del MAS en el predominio, hubiese variado. Copa la mayoría de la Comisión de Ética del Senado y de Diputados y las rellena con miembros disidentes de los partidos de oposición. Con estos disidentes pretende dar la imagen de que la oposición fue tomada en cuenta. Obviamente nadie lo cree. La estrategia masista parece tirar el anzuelo para fomentar y tentar el transfugio de los opositores y, al mismo tiempo, usa esta aparente inclusión para premiar a los disidentes. Algún cebo, algún atractivo tiene seguramente la membrecía en esta Comisión. No trascienden los privilegios que incluye, pero se percibe que es un plus monetario, la comodidad de vehículos motorizados asignados, etc., etc. A simple vista, es muy vergonzoso que ese sea el precio de la actitud iscariótica de los disidentes.
El interés del oficialismo de manejar y controlar la Comisión en cuestión es claro. Le permite amenazar con una guillotina a los opositores y poder despojarlos de su mandato si es preciso, según las acusaciones, o suspenderlos sin goce de haberes. Pero más importante es tener la llave para absolver de sanciones a sus “hermanos” diputados masistas –que no son pocos– por actos contrarios a la ley, a la Constitución, al reglamento de las Cámaras o por incurrir en delitos o atentado anti ético. En Diputados las violaciones parecen ser el delito más recurrente de los legisladores oficialistas. El último conocido es el de un senador suplente.
El procedimiento para constituir esta Comisión es también recurrente. Empieza por un bochorno casi sacramental en la sesión previa (Qué legislatura para este acto tan vergonzoso, rebajándola a los niveles más bajos de la sociedad). El desorden le permitió al presidente Mamani de Diputados declarar “cuarto intermedio” sin definir hasta cuándo, para en la sesión siguiente sorprender a las bancadas opositoras fijando para 15 minutos después la elección de la Comisión de Ética, sin dar tiempo a nada. A continuación de adjudicarse la mayoría de los miembros, rellena con disidentes de la oposición.
Esta misma situación se repite en la conformación de la Directiva Camaral. Se utiliza el mismo método, son escuchadas las mismas quejas, igual desorden previo. Es de “cajón” la incorporación de tránsfugas. La intencionalidad del oficialismo es tener bajo un brete a las cámaras de Senadores y Diputados y anular todo intento eficaz de fiscalizar de la oposición. Más aún que con la Comisión de Ética el oficialismo pretende aparentar una conformación plural de la Directiva, incluyendo no a los legítimos opositores, sino a los disidentes. No obstante que el propio Reglamento de ambas Cámaras dispone que la segunda vicepresidencia sea asignada a la oposición y el resto de la Directiva se integre en paridad. Las suplencias cuentan con opositores elegidos para el efecto por el MAS, sin consultas previas.

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