domingo, julio 7, 2024
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Recordando al francés Luis de Bonneville

El destacado escritor Antonio Díaz Villamil, es su estudio intitulado: “Participación francesa en el desarrollo Cultural de Bolivia”, subrayó: “en concepto general la cultura francesa ejerció, a pesar de la distancia, una fuerte influencia en la literatura boliviana de los primeros tiempos”. Sin embargo, hubo franceses que intervinieron como escritores, poetas y fundadores de periódicos en nuestro país, en el Siglo XIX.
Uno de ellos fue el homeópata Luis de Bonneville, quien arribó a la ciudad de La Paz en noviembre de 1858. Con el trascurso del tiempo se convirtió en el médico más querido del pueblo al atender gratuitamente, sobre ello el periódico ‘El telégrafo’ detalló: “…quizá con la décima parte de lo que gastaríamos nos curamos, porque él no cobra por sus visitas…los que quieren comprar algunas recetas, pagan una cosa muy pequeña por ellas, y el médico gratis: los pobres tienen medicina y médico gratis, estos últimos somos muchísimos”. A su vez dictó a sus afiliados, clases de “Magnetismo y Frenología”.
Luego en el mes de diciembre del citado año, se trasladó a los Yungas paceños, donde se dedicó a estudiar diversas plantas medicinales autóctonas. Cuatro años después, retornó a La Paz a atender a sus pacientes.
Bien acogido lanzó el 14 de noviembre de 1862, el periódico bisemanal ‘El Verdadero Boliviano’, sobre ello el matutino ‘La Voz de Bolivia’ anunció: “…no hemos tenido todavía ocasión de leer su contenido, pero nos atrevemos a creer que será digno de la ilustrada pluma y acreditado buen juicio de su redactor”. Pero la publicación de dicho diario fue cancelada por ser dirigida por un extranjero.
Seguidor del general Mariano Melgarejo y su secretario Donato Muñoz, publicó loas a favor de ellos en la prensa paceña. Una de ellas la transcribimos a continuación:
“Por los Andes volará
Tu fama vencedora;
Y tu nombre vivirá
Sin temer el olvido.
No sólo en Bolivia
Tu valor se notará….
El pueblo a tu gloria
Monumentos alzará…
¡Hijo de la victoria!
Siendo tú su querido”.
Curioso fue el destino de Bonneville, que retornó a los Yungas. Lamentablemente, falleció en el olvido y en la absoluta soledad, a inicios de 1881. Sobre ello el periódico ‘La Tribuna’, anunció: “se halla gravemente enfermo en el hospital ‘Landaeta’, tiene el pobre anciano la necesidad de terminar sus días en esta casa de beneficencia”.

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