Producir trigo, necesidad y urgencia de siempre

Desde siempre, y mucho más desde que se anunciaba que Cochabamba era el “granero de Bolivia”, se anunció que tanto las autoridades de gobierno como empresarios privados “se preparaban” para reponer ese título y que nuestro país volvería a producir gran cantidad de trigo; pero, por el contrario, se descuidó completamente esa tarea y no solo se olvidó el trigo sino también el centeno, el sorgo, los garbanzos y otros granos. El caso de la soya (soja) es preocupante, puesto que no alcanzamos a cubrir los requerimientos de muchos países dispuestos a adquirir grandes cantidades de ese grano.
Entidades del gobierno y agricultores anuncian “seminarios”, cuyos resultados no son conocidos; se dice que “programan producción masiva” y jamás se sabe qué y cuánto se produjo. Lo extraño es que para nuestro consumo se recurre al contrabando que, con creces, nutre a países como Perú, Argentina y Chile. Es tiempo de impulsar la producción de granos y, además, de café, cacao y otros; igualmente de té y muchas otras especies, como pimienta, orégano y otros; pero, ningún organismo del Estado o privado hace referencia a estos rubros tan necesarios para el mercado mundial.
Son urgentes y necesarias reuniones de las autoridades con agricultores privados y retomar la producción de trigo hasta lograr una reposición del “granero” nacional, debido a la buena producción que lograban departamentos como Cochabamba, Tarija, Chuquisaca, Potosí y La Paz, que, con seguridad, podrían lograr reponer lo que solamente por descuido se abandonó. Entretanto, mientras haya una planificación debida para encarar seriamente el problema, es urgente que los productores de granos –especialmente trigo y soya– acuerden los trabajos inmediatos que deben reiniciar para conseguir que se inicie la siembra y, si fuera posible, lograr una cosecha masiva de ambos productos sobre la base de lo que ya se tiene cultivado.
Impulsar la producción de trigo es urgente, más ahora que están volviendo a surgir los reclamos de sectores panificadores debido a que arguyen una elevación del precio de la harina con la que fabrican pan. Por ello los panificadores argumentan que, al ser ese elemento importado, particularmente desde la Argentina, dicha elevación de precio los afecta económicamente.