lunes, julio 8, 2024
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Saber envejecer y prevenir la dependencia

Parte II

¿Cómo influye nuestro estilo de vida? En esto de envejecer no hay dos personas iguales. Los cambios que percibamos y sintamos pueden variar de una persona a otra. Lo que sí podemos hacer es cambiar y mejorar nuestros estilos de vida. ¿Cómo?
Aprende y aumenta tus conocimientos. Disfrutarás más de la vida y tu cerebro te lo agradecerá.
Haz ejercicio físico, siempre bajo el control del médico. Participa en proyectos, reúnete con tus amigos, planifica tu tiempo, haz cosas, llévalas a cabo. ¿Qué? Lo que prefieras. Cantar, escribir, jugar a algo que te guste con familiares o amigos… cuidar el tiempo que pasas ante la tele…No, no me digas que tú “controlas”, que la tele está de fondo mientras tú haces otras cosas. No, así no vale. La tele está para ver los programas que prefieres… no te engañes.
Ya has dejado de fumar, ¿verdad? Pues entonces no te preocupes… ¡claro que cuesta! Si sólo hiciéramos lo que no nos cuesta, estaríamos apañados. Relaciónate, no estés solo. Haz cosas que te gusten: cantar, cuidar plantas, bailar, leer, hablar, jugar, pasear, pasear, pasear, viajar… Lo que quieras, pero recuerda: Actividad es igual a salud. Ah y no dejes de vigilar lo que comes, sigue las orientaciones de tu médico… a rajatabla.
Una última idea: Los cambios en los estilos de vida sólo se logran con esfuerzo e implicación.
Empieza ahora mismo. Este es el momento.
Mañana seguimos… y me apoyo en los atinados consejos del programa Envejecimiento y curso de la vida, que encontré entre mis libros, porque la vejez estaba tan lejos. Y, obviamente, con mi personal experiencia… diaria. Y cuesta, ¡claro que cuesta! Se lo vas a decir a una persona que ya camina hacia los 85 años, pero me ayuda, cada mañana, al levantarme, decirme a mí mismo ¡Sí, hoy es el día! No pienses en “mañana”, solo es una hipótesis. Hoy a lo de hoy, no hay mañana. Nunca se hizo nada grande sin esfuerzo, planificación, asesoramiento y voluntad. Buenas noches… y hasta mañana… que ya tengo pensado lo que vamos a compartir. Recuerda… vamos de camino, y cada día tiene su afán. ¿Sabías que los guerreros Massai, cuando tienen que separar los rebaños, en busca de pastos, tienen un rito milenario? Se coloca uno enfrente del otro, la mano izquierda sostiene su lanza en la que apoya su pie derecho y, mirándose en los ojos, extienden el brazo derecho que apoyan en el antebrazo del otro y, mirándose en los ojos, dicen al unísono: “¡Pienso en ti!” Ni una palabra más, y el que se va con su rebaño camina sin poder volver la vista atrás hasta que se pierde en la polvareda de camellos y del resto del ganado.
Yo he sido testigo, durante mi año sabático en veinte países de África para estudiar la posibilidad de crear centros de salud en sus universidades. Pero lo que en mi libro “Encenderé un fuego para ti” no escribí es que, el que se queda entre la polvareda con su ganado, como a escondidas, coge su bota de piel en donde lleva el agua y sigue las huellas de su amigo y las va como regando hasta que se vacía… con ello significa que no olvide la ruta para el regreso. En otros muchos países de África cuando un muchacho de la tribu abandonaba la aldea para ir a la universidad, o a buscar trabajo… toda la comunidad los acompaña hasta la linde del poblado. Entonces, el muchacho sale al camino de tierra o arena sin volver la vista atrás, y solo su madre descalza y sin pisarlas, va echando un chorro de agua en cada una de las huellas del hijo… para que nunca olvide el camino de vuelta a su comunidad, su gente… y es entonces cuando las mujeres, al unísono, revientan con sus gritos o yuyos que impresiona sólo recordarlos. (Me he salido del tema; bueno, estamos entre amigos). Mañana, más.

José Carlos García Fajardo. Profesor Emérito de la U.C.M. Fundador de Solidarios.

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