Sabemos bien que la ley educativa boliviana establece que la educación es despatriarcalizadora, este es un campo escasamente investigado y muy alejado de la realidad de nuestras aulas.
La despatriarcalización se relaciona intrínsecamente con la descolonización de los pueblos de América Latina, reconociendo que históricamente hubo un vínculo entre el patriarcado occidental y el precolonial, que trasfiguró el sentido mismo de las dominaciones. Tenemos que contar con la visión de: “sin una descolonización no se puede dar una despatriarcalización”.
Un elemento fundamental a compartir es que la despatriarcalización plantea una mirada hacia las múltiples opresiones que viven como mujeres. Esto implica ver más allá de las relaciones de poder hombre-mujer y tomar también en cuenta las relaciones de poder entre culturas, clases sociales, lugar de origen, estatus social, etc.
Debemos trabajar la visión propia desde los pueblos indígenas, rescatando las cosmovisiones, pero también cuestionando y desmitificando algunos principios que se tiende a idealizar y que, en el fondo, contribuyen a la reproducción de la desigualdad y el machismo. Desarrollemos la complementariedad de nuestros pueblos, chacha-warmi, traducido al castellano como “hombre-mujer”, que representa al par complementario.
Indaguemos para replantear y reflexionar críticamente sobre principios como éste, igual que el feminismo comunitario propone la inversión metafórica al “warmi-chacha” para que se convierta en un principio horizontal donde ninguno de los dos elementos de la dualidad está por encima del otro, sino que se presentan uno al lado del otro, en igualdad y complementariedad.
Debemos iniciar una reflexión en torno a un principio de la cultura aymara: el “Janip’iqiamuyuarmasa, chuymanathakhipasarañäni”, que tiene el significado “sin olvidar la razón vayamos por el sendero del corazón”. Que deriva a una contraposición entre lo emocional frente a lo racional, vinculando a la mujer con el corazón y al hombre con la razón, evidenciando un signo de colonización del ser hombre y mujer en la cultura aymara.
El principio es despatriarcalizar nuestro pensamiento, es un proceso de transición que se debe asumir como toda mujer que no está obligada a ser madre, no está obligada a dar su vida por los demás, estamos descubriendo el poder de la libertad del ser, sentir, pensar para tener un mejor actuar”.
Es necesario valorar las reflexiones como el punto de partida fundamental para emprender acciones en las comunidades educativas, plantear estrategias para reflexionar sobre la despatriarcalización con niñas, madres y maestras, en coordinación con la comunidad educativa a partir de los cinco campos de acción y lucha del feminismo comunitario (físico, espacio, tiempo, conocimiento y movimiento), priorizando un proceso de empoderamiento de las mujeres en cuanto a su físico y territorio.
Desarrollemos actividades artísticas con estudiantes, la descolonización y la despatriarcalización del cuerpo a través de las artes escénicas, redimensionando sus relaciones corporales como territorio de transformación de las relaciones patriarcales y coloniales.
Debemos desarrollar actividades como: el apthapi (comida comunitaria intergeneracional) que puede ser aplicado para revalorizar el rol de las mujeres en las comunidades, recuperando y valorando sus saberes y conocimientos sobre formas de preparación y conservación de los alimentos, plantas medicinales, etc. Los apthapis pueden reforzar la conexión perdida entre los productos alimenticios y la salud del cuerpo y el ajallu, poniendo en el centro el cuidado de la naturaleza.
Por último, se debe desestructurar de una institucionalidad que debe reconocer a las mujeres como sujetas de derechos, tanto en lo político, económico, cultural, social y en el ámbito de lo familiar y personal. Lo que a su vez requiere establecer mecanismos necesarios para reconocer la diferencia y reducir las brechas que esa diferencia ha establecido en relación con las mujeres, contribuyendo a la definición de una sociedad con mujeres emancipadas, empoderadas y con pleno ejercicio de sus derechos.
Despatriarcalización a través de la educación
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