lunes, septiembre 2, 2024
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La descolonización de la corbata

“A los indígenas nos cortaron las manos y nos sacaron los ojos, cuando quisimos aprender a leer y escribir”. El expresidente Morales repitió esas frases muchas y variadas veces en sus discursos, nadie sabe, ni el mismo autor de esas palabras, de dónde salieron tales hechos. Esta horrenda descripción muestra a los colonizadores españoles como bárbaros, crueles e inhumanos; olvidándose del prócer indígena José Gabriel Condorkanqui que fue un indígena “letrado” que posteriormente adoptó el nombre de Túpac Amaru, para iniciar el mayor levantamiento indígena de América. Innegablemente, Evo ignoró a este prócer indígena quechua; así como ignoró también a Bartolomé de las Casas, defensor del indígena y creador de las “Leyes Indias” y no reparó en inventar hechos que no se dieron, todo para imponer el término “descolonización”.
Y no conforme con su guerra mortal contra neoliberalismo y Estados Unidos, evocaba un pasado ya superado con las palabras “Los indígenas tenemos quinientos años de opresión”, con el objeto de provocar el resentimiento hacia el pasado Colonial; y a través de ello mantener agrupada la conciencia indígena victimizando su pasado. Para plasmar este plan incorporó en su gabinete el “Ministerio de Descolonización”. Las prácticas descolonizadoras fueron muchas, como la declaratoria de feriado por el día del Año Nuevo Aymara. También el uso constante del término “vivir bien”, que remplaza a la palabra socialismo, de la cultura occidental; el término de “la madre tierra”, panteísmo que disfraza un culto a la Pachamama y finalmente la whipala de origen incierto.
En suma, la “descolonización” tiene la misión de borrar con todo lo que es el pasado, principalmente las costumbres occidentales, en una notoria imitación a la denominada “Revolución Cultural” impuesta, mediante la violencia, a la nación china por el comunismo de Mao Tse Tung en 1966, que consistió en borrar toda la tradición cultural china, a sus dinastías, ceremonias, destrozar a Confucio y a su Dragón mitológico. La “Descolonización” tiene la misma misión, también de tendencia comunista. El Gobierno actual de Arce Catacora no cambió este método, peor aún con el vicepresidente Choquehuanca, conocido fanático aymara indigenista; es así como decidieron atacar a la vestimenta colonial y occidental, que consiste en el uso del terno, traje que se compone de un saco, pantalón, camisa y corbata. Lamentablemente para ellos, el saco es indispensable, lo propio el pantalón y camisa, pero decidieron descolonizar la corbata y a la fecha podemos observar que nuestro Presidente y sus ministros, diputados y senadores del partido Movimiento al Socialismo no usan la corbata, ni en los eventos más solemnes y de protocolo internacional.
La corbata es un accesorio masculino de vestir, que da el aire de distinción y seriedad al que la tenga; este instrumento, invento del mundo occidental, ha perforado todas las culturas; pues hoy japoneses, chinos y árabes la usan en acontecimientos internacionales y otros. En nuestro medio, la corbata también tiene la misma característica y uso. Pero la corbata no la usa el hombre del pueblo y resulta muy notoria la corbata de un individuo que llega a un poblado o villorrio; lugares públicos, como mercados, chicherias y otros. En suma, un encorbatado notoriamente se distingue de los que no lo están. Este análisis nos conduce a decir con certeza que las mayorías nacionales, obreros, campesinos y pueblo en general, no la usan. Ahora bien, en este entendido los gobernantes Ejecutivos del Movimiento al Socialismo se identifican con los pobres, indígenas con los discriminados a quienes llaman las mayorías nacionales; entonces para ocultar su status económico principalmente y social o de clase; comenzaron con el camuflaje y embauque al pueblo «quitándose la corbata», que para ellos es parte de la colonización; luego, sonreír al que pasa cerca de ellos, abrazar a los menesterosos, niños y ancianos.
La corbata pasa al grado de epidemia de una enfermedad de la que hay que alejarse como de la lepra; es como un hijo natural que se niegan a reconocerlo; es como un cuesco lanzado en una reunión social y que nadie quiere asumir su responsabilidad. Por ello todos los ejecutivos del MAS, principalmente el presidente Arce y el vicepresidente Choquehuanca, tomaron la decisión de hacer desaparecer su corbata, mostrando su cuello al pueblo, víctima del embauque, pensando que así adquieren la cara del obrero, el rostro del campesino, del menesteroso, del indigente, etc… Bueno, al “descolonizar la corbata” se dieron cuenta que tiene un beneficio y viene a ser que el cuello de éstos, así liberado de la atadura que da la corbata, les permite hablar sin medida ni clemencia, ofrecer al pueblo la luna, bajar las estrellas, la nacionalización de todo y de todos, empleos para los desocupados, comida a los hambrientos, vestido para el indigente, piedad para los menesterosos, perdón para los pecadores, asegurándoles que no irán al infierno, castigo, maldiciones y diluvios para los opositores. En suma, un océano de palabras con un desierto de verdades. El atormentado pueblo espera que la corbata vuelva a su lugar y así anudadas de nuevo a esas gargantas cese el tormento de los ofrecimientos.
El autor es Abogado.

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