Para el olvido. The Strongest cedió un empate contra Caracas FC (1-1) por la falta de resolución para enganchar un triunfo en el estadio Hernando Siles, donde el plantel boliviano volvió a dejar ir puntos valiosos que a la conclusión de la tercera fecha del grupo «B» comprometen sus chances de acceder a los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
La victoria estaba en el bolsillo de los gualdinegros, que a lo largo del partido «bombardearon» el pórtico contrario llegando a contabilizar 29 remates de los cuales el arquero Alain Baroja sacó diez, convirtiéndose en la figura del elenco venezolano.
El Tigre se encontró contra un rival que jugó con personalidad, orden y actitud. El cuadro llanero estuvo enfocado en defenderse y salir de contragolpe con la velocidad de los africanos Kwaku Bonsu Osei y Samson Akinyoola, entre los dos destrozaron la defensa local.
Caracas FC generó poco en la zona ofensiva, a diferencia de The Strongest, pero fue letal en el momento de tener la pelota delante del arco y su premio fue este empate de visitante. Tanto los venezolanos como los bolivianos mantuvieron su lugar en el fondo de la tabla, ahora con dos puntos, pero el resultado causó mayor perjuicio en el lado atigrado.
El gol de los gualdinegros llegó a los 33 minutos, en la única jugada de verdadero riesgo, con la definición de Martín Prost debajo del pórtico para empujar una habilitación de cabeza de Enrique Triverio dentro del área pequeña.
El cuadro de Achumani falló en su intención de ampliar la mínima diferencia, estaba consciente de que corría un riesgo, porque Caracas FC demostró que era un elenco con fuerza y que tenía acceso a su lado del terreno.
Hasta que el sorpresivo empate fue anotado a los 83´ con un disparo de derecha de Samson Akinyoola, siguiendo la acción en un mal despeje de Eduardo Demiquel, quien pifió el balón y dejó el espacio a disposición del delantero africano.
Los minutos finales fueron jugados con tensión, con The Strongest empujando al rival contra su pórtico; sin embargo, Caracas FC se alimentó de esos ataques para hacer crecer la figura de Baroja y sus defensores.