Para quienes tuvimos la suerte, o mala suerte, de ser espectadores de las distintas delimitantes que se erigieron en el pasado, sean estas ideológicas, como la famosa cortina de hierro, o físicas, como el muro de Berlín, erigido a los pocos años de concluida la Segunda Guerra Mundial bajo el ridículo pretexto de evitar el ingreso de aluviones de inmigrantes occidentales al paraíso comunista, tuvimos también la suerte de presenciar su derrumbe.
Uno de los factores determinantes para ese colapso, fue la doctrina comunista que se impuso en esos regímenes de gobierno, embargando la libertad de sus pueblos, y condenándolos al hambre y la miseria, bajo el paraguas de esa cúpula corrupta y parasitaria, que labró su modus vivendi del trabajo de sus esclavos. Baste ver lo que ocurre desde hace setenta años en Corea del Norte, otro tanto en países africanos y, en lo que a Latinoamérica respecta, el caso de Cuba, Venezuela, Nicaragua, otrora ricos en recursos naturales, son ejemplos de esta tragedia.
Si bien es cierto que esas murallas físicas se esfumaron de la faz de la tierra, no es menos cierto que el invento de ese modus operandi de vivir de la manga sobrevivió, y aquellos antiguos enemigos del Imperio capitalista, con el cual hasta libraron cruentas guerras como: China, Rusia, Vietnam, Corea y otros, adoptaron ese modelo, que llamaban diabólico, como tabla de salvación de sus economías.
De esta manera, los inventores de este modus operandi ya pusieron la vista en países cuyos circunstanciales gobiernos optaron por el pragmatismo de arrimarse a potencias pseudo socialistas, creyendo que con esa política lograrán el amor popular, sin darse cuenta que la estrategia de los países que la impulsan, antiguos enemigos del capitalismo, como se dijo, China, Rusia, Turquía, Irán y otros, lo han adoptado con más ortodoxia que Adam Smith y, con la contribución de cipayos como Cuba, Venezuela y otros, han puesto la vista en nuestros recursos naturales para saquearlos, y en los extensos territorios de nuestra amplia y despoblada geografía, para colonizarlos.
Este pequeño introito, que pareciera una clarividente advertencia a la hermana República del Perú, muy cercana a desbarrancarse en el abismo del populismo castrochavista, debe también servirnos a los bolivianos, aunque creamos estar ya vacunados contra el Coviref21. (Acrónimo del referéndum de Febrero 21).
Como un acto de prestidigitación política, el sorpresivo arresto del exministro Arturo Murillo ha resucitado la simpatía de nuestros gobernantes socialistas por los gringos, y ya se habla de reanudar las relaciones con ellos, pasando por encima de las ideologías; los resentimientos por la expulsión del embajador Goldberg, como un trofeo personal del entonces presidente Evo Morales; y priorizando los intereses económicos que se avecinan, ya que están muy lejos aquellos boyantes momentos que caracterizaron la época del despilfarro, y de esa reserva moral que nos prometieron. Ocurre que ahora nos dejaron con la moral y se quedaron con las reservas.