viernes, septiembre 27, 2024
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Como personas civilizadas

Deberíamos resolver nuestros problemas como personas civilizadas en democracia, asumiendo el dialogo, la concertación y la búsqueda, en lo posible, de puntos de coincidencia. No es necesario llegar a consensos porque, a veces, son difíciles, por no decir imposibles de lograr. Se diluyen en el camino. Y sobreviene la frustración y el resentimiento. La memoria histórica nos enseña mucho al respecto.
Lo malo es que surgen escenarios de amenazas, amedrentamientos e intimidaciones, alentados por los radicales, o supuestos dueños del país, quienes con afanes oscuros e inconfesables han desbaratado, en todo tiempo, las manifestaciones de convivencia pacífica. Han pretendido imponer sus criterios, pensando solo en ellos. Jamás lo hicieron pensando en un destino mejor de la Patria. Situaciones que han entorpecido el entendimiento, que hubiera arrojado resultados favorables para la nacionalidad boliviana. Todo aquello ha conspirado contra la estabilidad política y la paz social.
Por tanto, debiéramos descartar el bloqueo de caminos como medida de presión social, debido que solo aviva el “enguerrillamiento” y obstruye la libre circulación de vehículos públicos y privados. No habría que buscar, en esa situación, un muertito, para empeorar las cosas. Ni utilizar la memoria de ese infortunado como bandera para fines político – ideológicos. Habría que pensar, previamente, con seriedad y responsabilidad en el futuro de la población boliviana, que anhela educación y salud, de calidad. Y un empleo digno. Que anhela mejores condiciones de vida. Y no pensar solo en intereses de una sigla partidaria o en caudillos que cumplieron con su ciclo político. De veras que algunas cosas son usadas como pretextos, para poner piedras en el derrotero del desarrollo nacional. Aunque no lo crean, eso es lo que pasa. Habría que pensar, básicamente, en las personas que no tienen suficientes recursos para llenar la canasta familiar y no en los apetitos particulares. Se tendría que acelerar el avance y no el retroceso.
El bloqueo de caminos, ejecutado por intereses políticos, ha provocado, como bien sabemos, numerosas bajas, en tiempo del covid-19, hace más o menos dos años. No se tuvo sensibilidad humana ni en momentos de emergencia sanitaria. El bloqueo evitó la llegada de alimentos e insumos médicos a centros hospitalarios. No se tuvo consideración con la vida, la salud y el bienestar. Ha perjudicado gravemente, por otra parte, a la población, al sector privado y a la economía boliviana. Puso en riesgo la estabilidad política, social, económica, sanitaria y laboral, en el país. Fue una época marcada por conflictos políticos, debido que el tema era electoral. Y las pérdidas fueron millonarias. Es que imposibilitó la fluidez de las exportaciones e importaciones, que promueven en todo tiempo la economía nacional. El transporte pesado internacional, es vital para la subsistencia financiera del país y del pueblo boliviano.
En suma: deberíamos tender a la pacificación nacional, si deseamos, en realidad, construir una Bolivia prospera, de cara al Siglo XXI.

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