El contrabando obstruye toda política económica

Muchas veces se ha reconocido que el contrabando es para todos los seres humanos un delito que impide orden y vigencia de las leyes para que toda política económica tenga éxito en la vida de una nación. Y es que el contrabando es una de las formas mayores de corrupción, un delito que se lo comete tanto de ingreso como de salida del país, ya que vulnera reglas y disposiciones necesarias para que haya legalidad en los comportamientos.
Es de conocimiento general que la corrupción se ha convertido en aliado permanente de quienes buscan enriquecimiento ilícito y es el mayor corruptor de la moral ciudadana, porque no solamente es delito el ingreso o salida de mercadería a un país sin cumplir con leyes sustantivas, sino que, por otra parte, es, igualmente, contrario a la moral del país receptor. Es delito que vulnera principios de vida de las personas, porque atenta contra las virtudes e impide que el ser humano alcance valores y principios.
El contrabando, al ser un delito contrario a la moral, prostituye, altera y anula toda legalidad, cancela principios, “pasa por alto” la inmoralidad y determina que las personas, desde tierna edad, busquen y acepten vivir bajo parámetros ilegales. Tal actividad irregular da lugar a violar reglas y leyes, no respetar el sentido de autoridad, no escatimar atentados contra lo que signifique orden y legalidad, porque obra bajo las sombras de lo ilegal, a sabiendas de que nada ni nadie observará ni juzgará ni sancionará lo malo que se haga.
El delito de contrabando no solo se comete con lo material que necesita el ser humano, sino con la moral, porque da lugar a que sean ignoradas leyes primigenias que rigen la vida, leyes económicas y financiero-comerciales, leyes o disposiciones que regulan la vida de las comunidades y dirigen los comportamientos de pueblos y naciones. La calificación exacta del contrabando puede ser: alteración, prostitución, podredumbre, envenenamiento, engaño, mentira, alteración, disociación, adulteración, inconducta, amoralidad, incorrección y otros calificativos que tienen presencia constante en todos los idiomas, por ser contrarios a lo que es bueno y digno.
El contrabando, en lo moral y material, es contrario a las leyes, a las buenas costumbres y a la dignidad de los hombres. Implica ignorar la Constitución y las leyes porque atenta contra toda vigencia legal.