El bajo nivel de divisas, la dificultad de financiar el déficit fiscal y el incremento del costo y volumen de los combustibles importados, pueden «deslizar a la economía a un escenario crítico», según el último informe de la Fundación Milenio sobre la economía boliviana.
Asimismo, advierte que el país aún afronta restricciones, tensiones e incertidumbres generadas por factores externos como el conflicto bélico en Europa, e internos como una eventual crisis política.
Señala que la situación de crisis mundial ha configurado una coyuntura desafiante para Bolivia y una ventana de oportunidad para transformaciones económicas estructurales, pero de la mano de la inversión privada para aprovechar los recursos con los que cuenta el país.
«La demanda mundial de productos y servicios que Bolivia puede ofrecer como alimentos, minerales, servicios de la industria digital y energías; el ascenso de precios; la existencia de recursos naturales y la capacidad instalada de nuestra industria; contienen un potencial productivo que puede ser desarrollado con políticas correctas, eficaces y oportunas», indica el documento.
Para aprovechar estas oportunidades, se requiere de reformas en la política económica y en el modelo de crecimiento: apertura y liberalización económica, innovación tecnológica, integración a los mercados globales, promover las inversiones como motor de expansión, modernización y diversificación productiva, según Milenio.
El Informe recalca también que el progreso económico y la estabilidad política se condicionan mutuamente, y advierte la existencia de problemas que afectan la confianza y la seguridad de la economía, como una crisis política en ciernes, gobernabilidad debilitada, inestabilidad social, falta de concertación y ausencia de políticas de Estado.
«Estos problemas pueden bloquear la corrección del rumbo económico, y que se desperdicien las oportunidades existentes, si ello ocurre, Bolivia puede quedar atrapada en el estancamiento económico y la inestabilidad política y social», señala.
El estudio, presentado ayer, fue coordinado por Henry Oporto y realizado por los investigadores Javier Cuevas, Rubén Aguilar y Enrique Araníbar. Contiene una serie de análisis documentados del sector externo, el desempeño económico y fiscal, la gestión monetaria y financiera y la situación del empleo y la pobreza.
Además incluye una investigación minuciosa sobre la situación, problemas y perspectivas de la tarifa dignidad, elaborado por el especialista Francesco Zaratti. En la presentación, realizada en la ciudad de La Paz, el economista y experto en análisis financiero Jaime Dunn realizó un comentario del informe, destacando su alcance y visión integral.
Balance
energético
En su presentación, el coordinador del documento, Herny Oporto, señaló que los precios más altos del gas natural y de la urea mejorarán los ingresos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). También aumentarán los ingresos por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y las regalías de los gobiernos subnacionales.
Pero la cuestión crítica es la producción declinante de gas, que limita la capacidad exportadora y obliga a importar gasolina y diésel a precios más elevados. La tendencia es que las importaciones superen las ventas de gas. Esto ya ha sucedido en los primeros cuatro meses de este año.