La tecnología ha ido avanzando con pasos agigantados; en la actualidad podemos ver, por ejemplo, una variedad de celulares inteligentes y de última generación, así como laptops con características peculiares y provechosas que facilitan diferentes tipos de trabajo, además de televisores táctiles, etc. En fin, todo ha ido progresando, más aún Internet. Sin duda alguna, esta red cibernética facilitó la comunicación, el acceso a información, genera nuevas formas de trabajo, facilita el aprendizaje a través de aplicaciones para toda edad. Sin embargo, así como tiene grandes ventajas, también muestra desventajas, como el exceso de dependencia de la tecnología, aislamiento social, separación de la realidad, dificultades en la privacidad y seguridad, escasez de ejercicio mental, uso y abuso en el paso de las horas frente a la computadora, el celular, etc. Creo que lo peor es que ha creado un abismo entre las responsabilidades de los estudiantes de colegio y su cumplimiento de deberes.
Hace algunos años, en los inicios de mi carrera docente, pude diferenciar las ventajas y desventajas descritas líneas arriba. En ese tiempo, en la misma gestión trabajaba en dos colegios distintos, el primero ubicado en una zona relativamente céntrica, con acceso a un local de Internet y juegos en red, el segundo en una zona muy alejada, casi al final de la ciudad, con limitados servicios básicos y que no contaba con acceso a la red.
Los estudiantes del primer colegio recién conocían Internet y los juegos en red, pero a medida que pasó el tiempo dedicaban valiosas horas de su vida a los juegos en red, llegando a descuidar sus obligaciones para con el colegio y su hogar. Los estudiantes del segundo colegio caminaban cuadras y cuadras para llegar a la biblioteca de la sub-alcaldía, y poder hacer sus investigaciones y copiarlas para sus trabajos asignados. No podemos aseverar que Internet, como tal, perjudica a los estudiantes, sin embargo, debemos reconocer que los juegos en red quitan a los estudiantes valiosas horas de su vida, lo mismo que las diferentes redes sociales. Esas horas podrían ser aprovechadas para cumplir con sus responsabilidades. Si bien es cierto que la red proporciona horas de distracción, pero también horas de vicio. Es en este sentido que Internet se volvió un mal necesario.
A manera de reflexión, frente a tanto avance, como padres no podemos mirar de soslayo cómo la tecnología se apodera de la atención de nuestros amados hijos. Por ello es muy necesario y oportuno controlar el tiempo que nuestros hijos pasan haciendo uso de las redes sociales, participando en juegos en red y demás dispositivos electrónicos. Tenemos que verificar que el uso de aparatos tecnológicos sea apropiado para el desarrollo integral de nuestros hijos. Mejor aún, controlar el cumplimiento de las tareas y obligaciones de nuestros hijos y, por qué no decirlo, controlar el tiempo de calidad que dedicamos a nuestros descendientes.
La autora es profesora de matemática de la U.E. Republica del Uruguay (turno tarde).